Hace poco, hacía un post sobre un bosque de árboles supercuriosos, tanto por sus formas enrevesadas, como por tratarse de los que se cree son los árboles más longevos del mundo. Y buscando más información sobre éstos árboles he dado con una anécdota que desconocía, la de una de las mayores “torpezas” ejecutadas por un becario estudioso de la naturaleza.
En el Parque Nacional de la Gran Cuenca, en el estado de Nevada, existe una reserva de árboles conocidos como pinos bristlecone o longevos, una especie que tiene una apariencia muy particular y que puede alcanzar en cada ejemplar varios milenios de vida: son los organismos no clonados vivientes más antiguos del planeta.
Los pinos bristlecone a menudo parecen árboles muertos por su aspecto, pueden alcanzar los 15 metros de altura, con apenas hojas y sus enrevesadas formas de madera resinosa y dura, capaz de resistir cualquier contratiempo.
La historia curiosa del post es la de uno de los ejemplares de ésta especie, bautizado como Prometeo, que al momento de una de las mayores torpezas realizadas por un investigador, se cree que tenía unos 5.000 años de vida, o lo que es decir, más antigüedad que las propias pirámides de Egipto.
En el año 1964, un becario joven llamado Donald Currey, realizaba una tesis sobre glaciares y el clima en la edad del Hielo en la zona de las Montañas Blancas cuando supo de la existencia de algunos de los árboles más longevos del mundo, sobre todo gracias a estudios posteriores realizados por el científico Edmund Shulman a mediados del siglo XX. Y lo supo para la mala fortuna de Prometeo, porque el estudiante graduado y con la autorización del departamento de Servicio Forestal de los Estados Unidos, en un intento no muy claro y dificultoso de probar su edad con los métodos científicos de entonces, decidió derribarlo para su estudio (al momento de leer ésto todos deberían llevarse la mano a la frente, tomarse una foto y enviármela
).
Prometeo fue cortado y derribado el 6 de agosto de 1964, y en el conteo de anillos de la sección del árbol se llegó a la cifra de 4844, aunque unos años después la cifra se elevó a 4862. Estimando que el lugar del corte y estudio fue mal realizado, se realizaron correcciones estimadas en las que se especula que el árbol podría tener al menos 5.000 años cuando fue cortado, lo que lo convertiría en el organismo no clonado más viejo jamás conocido (a diferencia de otros organismos en forma de colonia clonal como Pando, de hasta 80.000 años de antigüedad), incluso superando al hoy existente y no talado Matusalén, otro pino bristlecone de unos 4.700 años, que afortunadamente, permanece “en secreto” en cuanto a su ubicación.
Imagen en Wikipedia / Autor Jrbouldin
Sobre la historia del corte del árbol, los detalles no están muy claros, no está claro si el corte fue decisión drástica a consecuencia de quedar su perforador anular atascado en el interior del tronco, si hubo un percance en la opción de obtener muestras, o si consideraron técnicamente imposible obtener datos precisos sin cortar el árbol. Tampoco se sabe si en el momento del estudio, hayan considerado que el árbol era “uno más de tantos”, y no el árbol y ser vivo más longevo del planeta. La ineptitud (el corte se hizo con el correspondiente permiso de las autoridades forestales), sirvió para luego (y tarde) impulsar la protección del bosque de bristlecone, sobre todo en el área de Wheeler Peak, hasta ganar el estatus de Parque Nacional (Parque Nacional de Great Basin). Incluso, el impulso contó con el apoyo del propio Currey, que posteriormente desarrolló una carrera académica exitosa.
Como epílogo, la resistencia de éstos pinos en condiciones de vida extrema (crecen en zonas de altura) es aún más curiosa por parecer resistir mejor mientras peores resulten esas condiciones. De hecho, el vivir en sitios así les permite estar alejados de pestes y enfermedades y amenazas. Aunque poco pudieron hacer por resistir el asedio de un becario.
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No es un modelo a seguir (especialmente para los niños, para quien les dejo el tip “no intenten ésto en casa”). Digo, no es un modelo a seguir empezando por el poco profesionalismo de ésta historia, que más bien parece una alocada aventura que pudo terminal muy mal.
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Larry Walters fue un conductor de camión residente en San Pedro, California que quiso convertirse en piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, un proyecto frustrado por problemas de visión. Con alrededor de 33 años decide concretar una idea que venía rondando su cabeza desde varios años antes. Así se lanza a comprar unos 45 globos meteorológicos para cargar con helio y simplemente echarse a volar sin realizar demasiados cálculos ni prevenir demasiados riesgos. Su plan era por decirlo, poco meticuloso (como mínimo): amarrar los globos a una silla que tenía en su patio, cargar unas cervezas, unos bocadillos, una pistola de aire comprimido para cargarse algunos globos y descender, y así, pasar unas largas horas a no más de 40 o 50 metros de altura.
Con su equipo de picnic, Larry Walters se echa a la aventura, pero lo que eran sólo unos pocos metros, se transformaron en un ascenso que no pudo controlar. Por miedo a desequilibrar toda la carga junto a su silla, decide no disparar a los globos y dejarse llevar hasta alcanzar nada menos que unos 4. 600 metros según las estimaciones posteriores. En el aire, también disponía de un equipo de radio con el que se pudo comunicar a través de un canal para emergencias, tras invadir el espacio aéreo controlado. Luego de 45 minutos en el aire, comienza a disparar a los globos, hasta perder accidentalmente los perdigones por la borda. El descenso fue poco menos que lento e infeliz, hasta quedar atascado en unos cables que causaron un apagón de 20 minutos en la zona de Long Beach.
Por supuesto, tras la aventura fue detenido por violar la ley Federal de Aviación, aunque por ser un caso inclasificable fue multado por “apenas” 1.500 dólares. Su experiencia lo llevó a deambular por algunos programas de televisión, ganándose también varias notas en distintos diarios.
Curiosamente, ésta pequeña aventura, tuvo sus secuelas hasta la actualidad en una modalidad de vuelo conocida como cluster ballooning. Éste deporte de riesgo, se realiza con múltiples globos en donde la única técnica de ascenso es desprenderse de peso (normalmente agua almacenada en compartimentos junto a un arnés individual) o de descenso desechando globos.
Por ejemplo, en ésta web, podemos acceder a la información de una organización de voladores en globos en racimo (aunque la web más parece una página personal de un aficionado, John Ninomiya). Según explica, el vuelo en globos con helio es una actividad bastante excéntrica realizada por unas pocas personas en el mundo. En Clusterballoon.org, John Ninomiya cuenta sus experiencias en la actividad (siendo uno de los aficionados más reconocidos), luego de haber realizado más de 40 vuelos en globos de helio, que no duda en calificar como momentos mágicos. En total, según afirma, hay apenas una media docena de pilotos en globos de racimo dispersos en el planeta. Para verlo con nuestros propios ojos, nos queda observar uno de los despegues de John Ninomiya en vídeo…los dejo con él:
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El problema en realidad es que a veces mucha gente puede tener la misma idea a la vez: disfrutarla. Ésta isla esporádica frente a la costa de Brasil (aparece sólo cuando baja la marea unos veinte días al mes), recibe la visita de hasta 2.000 barcos en un sólo fin de semana.
Se llama Areia Vermelha, y es un fenómeno natural muy esperado, un pequeño banco de arena sobre una formación coralina que se encuentra a 2 kilómetros de la costa y la playa en la ciudad de Joao Pessoa, en Brasil. El paraíso, evidentemente es demasiado pequeño para una ciudad que cuenta con unos 700.000 habitantes. Claro que no es la única playa pero sí es una de las más disfrutadas por sus habitantes, que saben que junto a las mareas, lo bueno no dura demasiado.
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Quería contarles, que no estoy actualizando tanto como quisiera Visión Beta (algo que habrán notado), y el por qué. La razón no es otra que otros blogs que llevo y me absorbieron por demás, a lo que se suman más y más proyectos. Y que por eso, extraño un poco publicar por acá, aunque seguiré haciéndolo. Uno de los blogs que me lleva casi todo el tiempo es 101lugaresincreíbles. Y el otro, más reciente, es unviajeincreíble.com. De hecho, aprovecho a contarles que estoy explorando otras de mis aficiones ya hace unos años, el mundo de los viajes y la fotografía, así que agradecido desde ya, los invito a quienes gusten a seguirme también por ahí, por unviajeincreible. De hecho, el blog es en parte un intento por compartir curiosidades y lugares de éste mundo pero no explorando y navegando la web, sino indagando el sorprendente mundo real
¿nos vemos también por ahí? Cómo invitación, los introduzco con el último post.
Buenos Aires está lleno de librerías notables. Y de hecho, hay muchas librerías míticas, de esas en la que se huelen los libros y los años. No falta oportunidad de descubrir alguna de ellas en cada viaje que hago. El caso de la Librería El Ateneo Grand Splendid es diferente. Es una librería de cadena tradicional de Buenos Aires que tuvo la feliz idea de alquilar un teatro cerrado en el año 2.000 para convertirlo en lo que es hoy: un teatro lleno de libros sin perder nada del antiguo esplendor del lugar, incluyendo una cúpula decorada con frescos, el telón, las barandas originales y la decoración:
Alguna vez fue elegida por el periódico británico The Guardian como la segunda librería más hermosa del mundo (después de la holandesa Selexyz Dominicanen Boekhandel, en Maastricht). Lo curioso en ésta librería de Buenos Aires, es que al entrar a éste templo de los libros, realmente se respira como un lugar único y tan porteño como las charlas de café o el tango. (Seguir leyendo en Unviajeincreible.com)
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Una casa de madera o de piedra, es más fría y difícil de calefaccionar. Sobre todo, el clima de Islandia no lo perdonaría. A la dificultad de construir (hablamos de varios siglos atrás) en Islandia, se sumaba la escasez de materiales en cantidades suficientes. Sobre todo, porque los bosques de abedules nativos no proporcionaban una madera adecuada para la construcción de grandes estructuras. El aislamiento y el clima hicieron lo suficiente para despertar el ingenio, así se desarrollaron las casas de césped islandesas, un tipo de construcción que se utilizaba hace varios siglos, y que poco a poco se fue perdiendo su estilo constructivo, en manos de nuevos materiales y formas.
En las casas de césped islandesas, la tierra es un material esencial, que hace de refugio y protección térmica en los muros exteriores, reduciendo la pérdida de calor y haciendo fácil el mantener la temperatura en los interiores. Curiosamente, con la aparición de nuevas formas de energía y calefacción (y de vida), el derroche moderno, al parecer se hizo norma, y en la arquitectura actual, nos olvidamos del concepto de ahorro y sustentabilidad de diseños tan anteriores como los que vemos en imágenes:
En la actualidad, el concepto de arquitectura sostenible está en ascenso (ver earthship), y el concepto, que de nuevo tiene poco, vuelve a mirar a ejemplos del pasado: las casas refugio de tierra y césped vuelven a ganar notoriedad entre los defensores de ésta modalidad de arquitectura, y lo curioso es que existen desde que los seres humanos han tenido la necesidad de construir sus propios refugios.
Las casas recubiertas de césped se construyeron a lo largo de mil años, y en ese tiempo, por supuesto, hubo variantes y cambios de estilos. Hacia el siglo XVIII predomina el estilo burstabær, con sus extremos de madera, una forma de la cual se conservan más sobrevivientes. Tras la aparición de las casas de madera revestida en chapa ondulada (más actual), luego sustituidas por las casas de hormigón, las casas de césped son un recuerdo de tiempos de ingenio ante la escases, que también se pueden observar en otros lugares como las islas Feroe.
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Éste es un post que escribí en el blog 101 viajes increíbles, y como es además una curiosidad digna de Visión Beta, también la comparto por acá
He leído cosas sorprendentes de los Saltos del Guairá, en la frontera de Brasil y Paraguay, desde que era la catarata más grande del planeta (por su caudal de agua, no por su altura) hasta que sumaba 18 caídas o saltos estruendosos con el doble de volumen de agua que las Cataratas del Niágara, o 12 veces más que las Cataratas Victoria. He leído que los Saltos del Guairá era parte de un Parque Nacional que ya no existe, y que semejante maravilla natural, fue dinamitada, destruida e inundada para siempre. He leído que ya no existe, pero mucha gente recuerda de su belleza, aunque es probable que quienes hoy rondamos la treintena y menos, jamás hayamos visto siguiera una foto del lugar. Lo que sigue, es una pequeña reseña que entra en la categoría de turismo de “arqueología”, un destino turístico del que sólo nos quedan fotos y recuerdos (seguramente para lamentarnos).
Los Saltos del Guairá, fue una de las grandes víctimas del proyecto de la represa hidroeléctrica Itaipú. La mayor cascada del río Paraná hasta el año 1982, que hoy sólo se puede ver como un pobre recuerdo cuando el nivel de agua de la represa está bajo, tenía un volumen de agua estimado en 49.000.000 litros por segundo en 18 cataratas.
( Seguir leyendo en 101 Viajes increíbles )
Gotinga (Göttingen o Goettingen, en alemán), es una ciudad que tiene 121.000 habitantes entre los residentes fijos y temporales. En el centro de la ciudad, el 45 % de su población tiene menos de 30 años de edad. En el total de la ciudad, 24.000 habitantes son estudiantes de las 13 facultades de la Universidad de Gotinga. La estadística devela que se trata de una meca para los estudiantes, no sólo dentro de Europa, sino también en el mundo. La razón no es otra que el prestigio y el reconocimiento hacia la universidad, sustentado en las personalidades de la ciencia que le han dado renombre a niveles difíciles de igualar.
En la ciudad de Gotinga, abundan estatuas y placas conmemorativas de personalidades notables. Pero como suele ser usual en otras ciudades, aquí no son héroes que han ganado algo en la historia en el plano político, militar, ni son en su mayoría figuras patrióticas. En Gotinga, la mayoría de reconocidos, si se quiere, han librado alguna “batalla” en donde ha ganado el conocimiento. Son eminencias, y sobre todo, profesores y graduados de la universidad a quienes se honra en cada rincón. Para empezar algunos siglos atrás, Carl Friedrich Gauß, o hasta los hermanos Grimm enseñaban en la universidad de Gotingen. Con el tiempo, sumaron prestigio filósofos como Jürgen Habermas, Edmund Husserl o el físico Max Planck, entre tantos. Más recientemente, 44 laureados con premios Nobel tienen se reconocimiento por haber estudiado o enseñado en la ciudad.
Retomando las estadísticas, Gotinga cuenta un premio Nobel cada 3.000 habitantes, un porcentaje impresionante que si ajustamos al número de residentes fijos, alcanza un premio Nobel por cada 1.000 habitantes . Si entrara en el terreno de las comparaciones odiosas, en sólo una ciudad, han sobresalido diez veces más reconocidos con premios Nobel que en mi país, Argentina, que cuenta con cinco galardonados (donde tres corresponden a premios de ciencia).
Para más datos, Gotinga es la Universidad más grande y antigua de Baja Sajonia, un reducto donde se celebra la voluntad para pensar e investigar en sus estudiantes en áreas como la Química, Física de los materiales sólidos, la Biodiversidad y las Matemáticas, entre otras. Uno de los grandes tesoros de la Universidad es su Biblioteca, una de las mayores colecciones de literatura científica alemana abarcando varios siglos. Claro que no son todas etapas orgullosas para la historia de la universidad. No faltaron movimientos políticos internos y purgas entre los profesores, la última en el año 1933 y en el marco del nacionalsocialismo. Afortunadamente, fueron interrupciones desafortunadas en una historia digna de emular en cualquier casa de estudios del planeta.
En Gotinga, prevalece un ambiente que entiende que la ciencia y la tecnología son importantes para avanzar, y todo, inmerso en un clima de excelencia.
Como curiosidad de cierre, Gotinga cuenta con el cementerio con más premios Nobel por metro cuadrado, con personalidades como Dirac, Oppenheimer, Planck, Fermi, Heisenberg y Pauli.
Por lo que nos llega hoy de lo que alguna vez fue Bolonia, sólo nos queda imaginarlo. Una ciudad medieval saturada de torres, incluso, algunas que casi llegan a los 100 metros de altura (hoy una de ellas está en pie). Según los cálculos más conservadores, Bolonia tuvo alguna vez alrededor de 80 torres saturando su núcleo urbano.
Bologna, y un panorama estimado del siglo XI (fuente)
A pesar de que es poca la información que se puede obtener con precisión, se sabe que entre los siglos XII y XIII, la fiebre de las torres en Bolonia fue enorme, al parecer, construidas como símbolo de poder por las familias ricas de la ciudad. Prueba de ello, son las torres que aún están en pie. Por ejemplo, aunque la torre inclinada más famosa es la de Pisa, en Bolonia, la torre inclinada Asinelli es poco menos que impresionante.
Con 97,6 metros de altura, posee una inclinación con respecto a la vertical de 3,2 metros, un defecto que sin embargo, le ha permitido seguir en pie por varios siglos. A su lado, la torre Garisenda, de 48 metros de altura, también posee una inclinación, aunque menor.
Las dos, hoy son los símbolos de la ciudad y un recuerdo de un pasado de esplendor, junto a otras torres que suman una veintena de sobrevivientes. En su mayoría, las que no están, o fueron demolidas o se derrumbaron dejando lugar a la ciudad con el perfil actual.
Si quisiéramos conocer una versión bastante aproximada de un pueblo saturado de torres, tendríamos que desplazarnos a San Gimignano, hoy conocida como la “Manhattan” medieval por su densidad de torres en pie.
En San Gigminano, las familias ricas también se obsesionaron con competir por tener la torre más grande. Evidentemente, hay aspectos de la humanidad, que “de nuevos” tienen muy poco.
Información de las Torres de Bolonia
La idea del post nace de un comentario (Asier3d) en la entrada 10 pueblos curiosos de europa que probablemente desconozcas en 101 Viajes increíbles.
Sin dudarlo, mucho más espectacular que el llenado de una represa, es su vaciado, a juzgar por el siguiente vídeo. La represa Condit, en el estado de Washington fue terminada en el año 1912. Por entonces, no había ningún tipo de contemplación sobre la preservación del ecosistema y el bloqueo de la migración natural de salmones que suponía la obra.
La represa Condit, que en algún momento representaba un enorme adelanto económico para la generación de energía, se fue volviendo poco rentable en cuanto a la producción de electricidad debido al aumento de los costos ambientales ante las nuevas regulaciones. El 26 de octubre de 2011, como parte de un plan para la restauración de ecosistemas de larga planificación, el lago artificial de la presa Condit fue vaciado para la posterior demolición de la presa y la restauración del hábitat, un proceso que tomará algunos años. El costo de toda la obra de desmantelamiento, será de $ 350 millones de dólares estimados, una inversión curiosa si se quiere, sobre todo cuando acostumbramos a escuchar tantas veces la asociación de la palabra represa con “progreso”.
Explosive Breach of Condit Dam from Andy Maser on Vimeo.
En el vídeo, realizado por el fotógrafo y cineasta Andy Maser con cinco cámaras de fotos y dos de video, se ve lo que parece una “explosión de agua y lodo”, un torrente sucio y fangoso liberado después de 100 años de contención. Una vez vaciado, las tareas de recuperación del cauce del río tomarán varios meses de obra, hasta recuperar la topografía del terreno que había sido inundada hace 99 años.
Al día de hoy, la presa Condit es la más grande eliminada en la historia de los Estados Unidos, y a pesar del impacto de su vaciado, la mayoría de grupos ambientalistas así como los servicios forestales nacionales consideran que los beneficios a largo plazo de la eliminación de la represa, serán muy superiores a los daños de corto plazo causados por la alteración brusca del lugar.
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Si miramos en detalle la foto, encontraremos una anomalía que no es precisamente un efecto óptico:

Si una ciudad como Pisa, debe gran parte de su fama a una Torre inclinada, lo de Santos en Brasil, es digno de una meca turística de clase mundial. Pero sus torres inclinadas, (que suman unas 90), no tienen ni la elegancia de la Torre de Pisa, ni el potencial para que sus habitantes se sientan orgullosos. Y todo en primera línea de playa.
Las fallas de las torres de Santos fueron de cálculo, de una mala relación de materiales, cimientos poco profundos, y de un suelo que tiene una composición más arenosa de lo normal, una combinación que ha dado a conformar en un sector del litoral de Santos un frente de edificios inclinados…pero según los peritos y expertos ingenieros que estudiaron cada caso (son varios los edificios inclinados), no hay nada de que preocuparse.
Los “predios tortos” de Santos, permanecen habitados, aunque parezca que estuvieran a punto de dar comienzo a un efecto “caída” como piezas de dominó. El caso más famoso, es el de el edificio Nuncio Malzoni, el más inclinado, sometido a tareas de corrección de la inclinación.
Aunque son decenas, son una minoría dentro de una enorme ciudad como Santos, un municipio en el Estado de Sao Paulo, que además posee una excelente calidad de vida, entre las más elevadas de Brasil. Para finalizar, los invito a visitar una imagen en donde una torre parece a punto de caer, pero a juzgar por los que disfrutan la playa, no hay nada de que preocuparse.
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No debe ser nada fácil soportar que 1.600 personas al unísono levanten la mano para responder a dos preguntas (¿Quién alguna vez debió llenar un formulario en Internet e introducir unas letras distorsionadas?: 1.600 manos en alto ¿Cuántos odian hacer eso?: 1.600 manos en alto). No debe ser nada fácil si esas 1.600 personas expresan su odio hacia algo que has inventado. Y menos fácil debe ser el afrontar semejante manifestación de “odio” desde un escenario.
Luis von Ahn lo tiene asumido: su invento es sumamente antipático. Luis von Ahn es el creador de la prueba desafío-respuesta captcha, esa misma que nos hace perder 10 segundos de nuestras vidas en cada oportunidad que la enfrentamos.
Imagen en desenredandolared
El momento de interpretar la imagen distorsionada de un conjunto de caracteres (letras y números) para enviarlos y demostrar que somos humanos es uno de los más antipáticos de los protocolos de uso de Internet. El captcha lo afrontamos al registrarnos como usuario en internet, llenar un formulario o realizar una compra, con la misma resignación con la que Luis von Ahn enfrentaba al gigantesco auditorio del evento TEDxRiodelaPlata convertido en un mar de manos alzadas.
El captcha, es definitivamente una pérdida de tiempo que resulta inevitable para el buen funcionamiento de tantas webs (protege a unas 100.000 páginas web del fraude y el spam). Pero entre tanto fastidio, la misión de la charla parece encaminarse a convencer a quienes pasamos por la prueba captcha y lo odiamos, que hay algo productivo cuando interpretamos y tecleamos los extraños caracteres: estamos colaborando para digitalizar libros.
Von Ahn creó el sistema captcha, y se lo vendió a Google en su evolución reCaptcha. Y Google, hoy utiliza el sistema para completar su proyecto de digitalización de libros, un proyecto en el que sin saberlo, participamos millones de personas a diario. Se estima que 200 millones de odiosos captcha son completados en un día, lo que suma (a un promedio de 10 segundos por captcha) unas 500 mil horas diarias. Von Ahn necesitaba convencer a los 1.600 usuarios fastidiados de su invento, que aunque es antipático, el captcha sirve para algo productivo. La idea de completar la digitalización de libros a través del captcha, es en definitiva, un consuelo para su conciencia.
Resulta que los sistemas que escanean libros antiguos de forma automática para digitalizarlo, no son perfectos: en el reconocimiento óptico de caracteres (OCR) pueden tener dificultades para “interpretar” ciertas palabras impresas con tinta borrosa, o gastadas, una dificultad que suele alcanzar el 30% de lo escrito.
La idea genial es mostrar esas palabras distorsionadas que las computadoras no saben interpretar a través de las pruebas captcha. Una palabra no reconocida en la parte automática de la digitalización, pasa a la base de datos de Recaptcha, que se las muestra a algún usuario que “inocentemente” la interpreta, la teclea, y la envía. Cuando varios usuarios coinciden al interpretar el mismo captcha, la palabra queda confirmada y digitalizada completando algún fragmento de un libro.
Ésto también explica la razón por la que el sistema recaptcha nos muestra dos palabras a la hora de determinar si no somos un robot: una es para hacer el control “antirobots” tradicional, y la otra una palabra para digitalizar en algún libro. El problema es que no sabremos cual es cual.
Von Ahn explica que con éste mecanismo se están digitalizando alrededor de 100 millones de palabras diarias, o lo que se traduce, suma dos millones de libros al año. Para más cifras, 900 millones de personas estamos a diario ayudando a digitalizar libros mientras respondemos a un reCaptcha.
La charla de Von Ahn casi concluye con un clima genial. Las mismas 1.600 personas que minutos antes expresábamos nuestro odio hacia el padre de la criatura, ahora aplaudimos con reconocimiento. Queda por explicar cuanto dinero le hubiese salido a Google completar la digitalización de libros a través de trabajadores a sueldo, pero hay que reconocerlo, al menos, al pasar por una prueba captcha, nos sentiremos más útiles.
La entrada es consecuencia de una de las charlas TEDxRiodelaPlata que tuve la oportunidad de presenciar ayer.
En el territorio de lo que hoy es Panamá, existe una comunidad amerindia asentada desde hace unos cuatro siglos, que extendió su leyenda a miles de kilómetros como la raza de los “indios blancos”. Se trata de una de las comunidades con una de las tasas de albinismo más elevadas del planeta, una condición que además, ha resultado una bendición para los llamados “hijos de la Luna”.
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Se les conoce como la etnia y comunidad Kuna, que en su lengua, se autodenominan como dule o tule. Los Kuna, descendientes de los pueblos chibcha de la costa norte de la actual Colombia, probablemente migraron huyendo de los malos tratos en tiempos de conquistas de parte de los recién llegados españoles.
Los kunas, llegaron incluso a aliarse con piratas y expedicionarios ingleses para atacar a los españoles, recibiendo como respuesta más ataques que llevaron a desplazarlos hasta su lugar actual, donde han sobrevivido y resistido preservando su cultura. Actualmente, habitan el noreste de Panamá en una zona de costa, islas y arrecifes, sumando unos 60.000 habitante organizados en varias comarcas con cierto grado de autonomía dentro del territorio panameño.
Con una economía basada en la agricultura, la pesca, caza y el comercio, los Kuna llevan una vida sencilla en un paisaje agreste que se asemeja a nuestra idea de paraíso natural. Mientras en su mayoría viven en comunidades isleñas, se desplazan a tierra firme para trabajar sus cultivos trasladándose en cayucos.
Imagen en Aventuras y vivencias
Lo que resultó un dato que no pasó desapercibido por parte de aventureros y expedicionarios, fue la mitología extendida sobre la “raza de los indios blancos”, una leyenda que atravesó fronteras incluso siglos después del descubrimiento de América. Lo de “indios blancos” hace referencia a una alta incidencia de albinismo entre la comunidad de los kuna, una tasa que alcanza un promedio de un caso cada 165 pobladores. De hecho, se ha registrado una de las mayores incidencia de casos de albinismo en el mundo, una estadística que se cree, es consecuencia de la masacre provocada por los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Mientras que antes de la llegada del europeo a América, la población de los Kuna ascendía a 750.000 personas, el número tras la devastación causada por enfermedades y ataques se reduce hasta las 5.000 personas. En tiempos de guerra, los albinos se quedaban siempre a resguardo de la luz solar abrasadora en zonas tropicales, por lo que tuvieron una mayor tasa de supervivencia a la debacle poblacional. Pero sobre todo, los albinos de la comunidad Kuna siempre recibieron un trato especial.
Imagen daylife
El trato del albinismo en la comunidad amerindia panameña dista en mucho de los casos de prejuicios sociales y supersticiones acerca del albinismo en otras regiones del planeta, como sucede en algunas zonas de África y el tabú de los negros blancos. En la mitología de los kuna, el albinismo ocupa un lugar especial, siendo considerados una raza de personas con cualidades para defender a su pueblo de amenazas.
Los kuna, asignan a los albinos poderes especiales, un grupo al que suelen referirse como los “hijos de la Luna”, y que son venerados como enviados por sus dioses para enseñar a los humanos en la Tierra. En una de las tradiciones de los kuna, los niños albinos asumen el poder de disparar con flechas a la Luna en días de eclipse, para que puedan descubrir nuevamente al sol. Incluso, los propios albinos de la aldea se asumen como seres con poderes curativos, o se convierten en líderes comunitarios, curanderos, chamanes o piezas fundamentales en el comercio con el mundo.
De hecho, el jefe del Congreso General de los Kuna es un albino, que además inspira el respeto por su trabajo a favor de la preservación de la cultura y las tradiciones autóctonas. Evidentemente, el albinismo entre los Kuna puede ser tomado como una bendición.
Sin embargo, algunos antropólogos afirman que la situación no era tan parecida hace un siglo, cuando algunos padres incluso llegaron a matar a un bebé albino recién nacido en una forma de discriminación, aunque los casos serían aislados. También, en la actualidad, el mito de los poderes especiales de los albinos parece decaer con la llegada de costumbres ajenas a la comunidad, provenientes de los crecientes lazos con la cultura occidentalizada.
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Surtsey es una isla en Islandia que nació cuando el actual presidente de la República islandesa apenas alcanzaba la veintena de años, lo que es decir, la isla es más joven que el actual presidente del país al que pertenece, y que casi todos los presidentes de Europa (y del mundo). Es de hecho, una de las islas más jóvenes del planeta: Surtsey nace a partir del año 1963. Entonces, una violenta explosión volcánica a 32 kilómetros al sur de Islandia da comienzo al proceso de formación de una nueva porción de tierra aislada. (Seguir leyendo en Amazings.es)
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1. La pelea por Sabrina.
Sabrina tuvo una vida breve pero escandalosa. En apenas unos días de impactante presencia, su figura prominente desata una disputa por su propiedad, capaz de involucrar a dos países dispuestos al conflicto de intereses. Pero el caso es que, mientras sus pretendientes peleaban, Sabrina desaparece literalmente de la faz de la tierra, sin dejar rastros. El nacimiento de Sabrina no fue parto sino una erupción, porque la Sabrina a la que nos referimos fue una isla demasiado efímera.
En el año 1811, luego de una erupción volcánica submarina en el Atlántico, un islote de poca altura emerge a dos kilómetros de la costa cerca de Punta da Ferraria, en la isla de Sao Miguel, la mayor de las Azores. Siendo el archipiélago soberanía de Portugal, la primera persona que puso un pie sobre el territorio de la nueva isla insignificante fue el comandante británico James Tillard, quién levanta la bandera del Reino Unido bautizándola con el nombre del navío en el que se desplazaba, el buque de guerra HMS Sabrina. El comandante, que cumplía en la zona una misión para controlar el movimiento de los barcos franceses en las aguas de las Azores, se acerca a la isla al observar la erupción, pensando que las nubes grises provenían de una batalla naval. La casualidad lo lleva a terminar iniciando un inesperado pedido de soberanía para el Reino Unido. La respuesta de Portugal no se hizo esperar, e inmediatamente se desata un conflicto diplomático que no llega a tiempo para resolverse: la isla vuelve a sumergirse en el lapso de un mes desde su nacimiento, y así permanece hasta la actualidad.
2. La isla que se disfrazó de península
Uunartoq Qeqertoq….era una hermosa dama residente en la costa de Groenlandia…(Perdón)…. empezamos de nuevo.
Uunartoq Qeqertoq era una hermosa isla….que se disfrazó de península bajo una capa de hielo durante al menos 50 años. Las confusiones cartográficas deben haber sido moneda corriente en zonas del Ártico o la Antártida, donde el hielo no permite ver con claridad las formaciones junto a la costa. Lo curioso, es que Uunartoq Qwqrtoq, fue una isla cartografiada como tal (aunque no con demasiada claridad) por Ernst Hofer a principios de los años 50 del siglo XX, antes de entrar en un período de descenso de temperaturas que se extiende por varias décadas.
Cubierta de hielo por más de 50 años, los registros satelitales llevan posteriormente a catalogar la isla, como una península unida a Groenlandia por el hielo glaciar hasta el año 2002. Desde entonces, el hielo comienza a retirarse develando un par de años después que la península era una isla con forma de W. “Redescubierta” como “lo que era” en el año 2005 por el explorador estadounidense Dennis Schmitt, la isla es también bautizada como “la isla del calentamiento” por ser un reflejo de los efectos del fenómeno del aumento de temperatura del planeta. La controversia no se ha hecho esperar de la mano de escépticos del calentamiento global como Patrick Michaels. Siendo que en la década del 50 del siglo XX la isla estaba cartografiada “al descubierto”, la isla de la “W” es utilizada como un argumento en contra de la preocupación por el calentamiento global y la tendencia a futuro. Sin embargo, los mapas de Hofer eran en realidad un esquema bastante difícil de interpretar, y no existen documentos fotográficos realizados en reconocimientos aéreos por el mismo Hofer, que develen el misterio sobre si la isla era “isla” o “península” unida por el hielo.
Por otra parte, titular la entrada como “la controversia de la isla con forma de “W” que en realidad era península”, hubiese complicado demasiado las cosas. Mejor lo dejamos ahí.
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Es curioso como los anillos de hadas, los hongos que en un proceso de pocos días crecen formando una circunferencia de varios metros (circunferencia que a veces parece casi perfecta), han despertado a lo largo del tiempo distintas interpretaciones en cuanto a su razón de ser, por cierto, bastante alejadas de la rigurosidad científica.
Si hace varios siglos, explicar la aparición de un círculo de hongos o un crecimiento diferenciado de la vegetación en forma circular nos llevaba a la idea de una obra de seres mitológicos como hadas, elfos y duendes (que bailaban en ronda dejando su huella), en la actualidad (suele pasar cuando lo que abunda no es la información rigurosa) los círculos “enigmáticos” en la vegetación, son explicados a menudo como obra de seres extraterrestres, o como pruebas de un aterrizaje de una nave que proviene de otro planeta: los anillos “pueden llegar a ser” huellas de una nave no impulsada por algún tipo de fuerza electromagnética, una explicación que sobrevive en pleno siglo XXI, y contra toda rigurosidad. Se me hace que para explicar fenómenos “extraños” en la época medieval eran menos sofisticados: la idea de una ronda de hadas bailarinas hasta resulta más ingenua aún, pero más tierna.
Los anillos de hadas, con otras características, suelen aparecer en algunas zonas de África, y en grandes áreas de Europa de forma bastante usual: un parche estéril en el suelo, o un crecimiento irregular de la vegetación en forma de círculo son algunas de sus evidencias. En sus formas más llamativas, aparece como una circunferencia de setas en ronda que aparece como por arte de magia de la noche a la mañana.
Imagen en Wikipedia
El responsable, no es otro que un hongo (micelio), que se encuentran bajo tierra en forma de hilillos microscópicos que pueden extenderse hasta un metro de profundidad. El micelio es el verdadero cuerpo del hongo que en realidad no podemos ver en superficie. En su búsqueda de alimento bajo tierra, el micelio que produce los anillos de hadas se extiende en forma radial desde un punto de origen, a razón de unos 7 a 60 centímetros al año, una forma de vida que se expande agotando los nutrientes del suelo en forma circular. La expansión, dispara un proceso de transformación de los porcentajes disponibles de nutrientes de la tierra hasta su agotamiento. La extensión en forma radial, y el agotamiento de los nutrientes, queda en evidencia tanto por el crecimiento dispar de la hierba, como por el crecimiento de las setas en círculo en algún momento del año.
De hecho las setas son la parte reproductora del hongo que sale a luz en forma de “sombrerillos”, y sale precisamente, en el borde del terreno en donde los nutrientes todavía no fueron agotados. El ciclo en el que las setas dejan caer sus esporas se repite año a año dando lugar a la aparición de setas en algún momento del año.
Y aquí llegamos a la historia que da nombre al título de la entrada, un anillo de hada formado por el hongo Clitocybe geotropa, que al parecer, se ha expandido en un ciclo de varios siglos en Francia, para alcanzar un diámetro que supera los 600 metros de diámetro. En el mejor de los casos, como éste, han tenido la buena “fortuna” de crecer en un espacio sin obstrucciones, aunque ya no como un círculo perfecto, pero sí, formando una colonia gigante. Se calcula que una colonia de 70 metros de diámetro puede tener una edad de 400 años, toda una rareza. En la mayoría de los casos, los nutrientes del suelo se agotan antes de pasar los dos o tres años y el “mágico” anillo de hadas no vuelve a repetirse.
Más información sobre anillos de hadas en Marcianitosverdes
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Dentro del grupo de las islas Izu, en Japón, se encuentra la isla de Miyakejima, administrada por el gobierno de Tokio y situada unos 180 kilómetros al sur de la ciudad. Con una población que no llega a los 3.000 habitantes, Miyake es una isla de apenas 55.50 km², que emerge sobre el mar como un cono volcánico activo que ha llevado a evacuar en más de una ocasión a la población por completo.
Árboles muertos en la isla de Miyaki / Imagen Austin Keys
Incluso, luego de su última serie de erupciones en el año 2000, tomó cuatro años el rehabilitar la isla para permitir el retorno de sus residentes. La actividad eruptiva es tal, que desde 2005, el monte Oyama no se ha detenido en su emisión constante de dióxido de azufre, un gas irritante y tóxico.
Imagen MonoprixGourmet
Por ello, los residentes de Miyakejima están obligados a portar de modo permanente una máscara de gas, aunque no deben utilizarla de un modo constante. Los niños deben llevar consigo su máscara al asistir al colegio.
En la isla, un sistema de medición y alarmas alerta a la población en caso de necesitar utilizar las máscaras ante el aumento dramático de los niveles de azufre en el aire.
Medición de gases sulfúricos.
El sistema de alerta, de cuatro niveles, se basa en las concentraciones de dióxido de azufre en las distintas zonas de la isla. En un nivel tres (el de color verde) se aconseja a los residentes utilizar las máscaras y permanecer en lugares cerrados, mientras que a un nivel cuatro, se exige evacuar la zona. El dispositivo de alerta tuvo que ser activado tan sólo una semana después de que los residentes retornaran a la isla en el año 2005.
Miyakejima es accesible por ferry durante la noche. saliendo desde Takeshiba Sanbashi Pier, cerca de Hamamatsucho, en Tokio o por helicóptero. Los vuelos de avión, suspendidos desde la última erupción, fueron reanudados en el año 2008 luego del descenso de los niveles de dióxido de azufre a niveles razonables.
A pesar del panorama y el aspecto nada alentador de la isla de Miyakejima, los turistas están habilitados a visitarla, atraídos sobre todo por los paisajes exuberantes y la posibilidad de bucear en un área llena de vida marina. Las máscaras de gas, están disponibles en la llegada a las tiendas turísticas de la isla, para llevarlas de recuerdo tras la visita, como un exótico suvenir.
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¿Te apuntarías al desafío de experimentar la vida de un náufrago voluntario en alta mar por días y días a la deriva en medio del océano?. Aunque pensaríamos que nadie respondería que sí, la audacia la tuvo ya hace más de medio siglo el médico y biólogo francés Alain Bombard, quien decidió convertirse en su propio conejillo de indias.
Alain Bombard encaja en el prototipo de personas que llevan sus convicciones a la práctica aún cuando los parámetros de sus aventuras no encajan en la sensatez de un ciudadano promedio. Su seguridad, en todo caso, no se apoyaba en absoluto en la improvisación, sino en lo que consideraba una teoría razonable, expuesta a la experimentación previa y la investigación científica ligada a su profesión. Interesado desde joven por las técnicas de supervivencia, en el año 1953 se larga al océano con un bote inflable, nada menos que para enfrentar el escepticismo que despertaban entre sus colegas científicos sus teorías sobre la capacidad de sobrevivir sin alimentos y comida.
En el comienzo de la que sería la aventura de su vida, hay una tragedia que resulta disparadora: tras un naufragio en el año 1952 en el Canal de la Mancha, 43 marineros mueren en alta mar, una situación que intriga a Bombard desde su puesto como médico residente en el hospital de Boulogne, en donde recibe los 43 cadáveres. La idea de que decenas de vida habían terminado innecesariamente por falta de medios, pero también de conocimientos, indudablemente le quitaría el sueño durante los próximos meses.
La tragedia del naufragio, lo lleva a estudiar casos similares y observar que en la mayoría de las historias de náufragos a la deriva en pobres embarcaciones, hay una alta probabilidad de sobrevivir, y aún de aumentar tal probabilidad a través de una serie de normas de supervivencia. Su convicción sobre la posibilidad de revertir las estadísticas de mortalidad, lo llevan a trasladarse al Instituto Oceanográfico de Mónaco, en donde se aboca a la tarea de investigar las propiedades nutricionales de los peces y la que sería su teoría más controvertida: explorar la posibilidad de sobrevivir aún bebiendo dosis mínimas de agua de mar durante un tiempo no muy prolongado.
Tras meses de estudio y ante el escepticismo de sus colegas, Bombard decide convertirse en un náufrago voluntario sometido a sus propias reglas de supervivencia. El objetivo, sería navegar por días prescindiendo de reservas de alimentos y agua, valiéndose de la fauna marina para obtener las vitaminas esenciales y hasta el líquido. Incluso consideraba posible alimentarse a través del plancton, e hidratarse con el agua, ya sea extraída de los fluidos de los peces crudos (cuyos tejidos contienen menor cantidad de sal que los mamíferos) o del propio mar en dosis mínimas en tiempos de escasez de lluvia.
En 1952, realiza una expedición de 18 días desde Mónaco a las Islas Baleares junto a un colega voluntario, una viaje accidentado que llega a buen puerto en malas condiciones. Pero el viaje por el Mediterráneo, era un anticipo de lo que estaba por venir, aún a sólo días de presenciar el nacimiento de su primer hijo. En octubre parte desde Casablanca a las Canarias, para proseguir en solitario en un viaje transatlántico con destino a las Antillas, sin alimentos ni reserva de agua.
La aventura de cruzar el océano, duraría 65 días. Lo conseguiría a bordo de la misma embarcación de su primer aventura (L’Hérétique), un bote neumático Zodiac a vela y con mínimas comodidades (apenas 4,60 metros de largo), cargado con herramientas de navegación como un sextante, cartas náuticas, mapas, una red especial y algunos libros.
La alimentación a base de plancton y peces y la hidratación a base de “jugo de peces” alternada con lo que el cielo provee en forma de lluvia, en dosis insuficientes lo llevarían durante su viaje a perder peso (unos 25 kilos), debilitarse y enfrentar el miedo a la muerte. Si es que podría considerarse una excepción en su experimento, en alta mar cruza un carguero que le suministra unas mínimas dosis de alimentos para recuperar el ánimo y proseguir. Alain Bombard desembarca en Barbados el 23 de diciembre de 1952, e inmediatamente es hospitalizado por su deplorable estado.
Su aspecto no era otro que el de un hombre demacrado y anémico. Había sobrevivido a las tormentas, roturas de vela, inundaciones de la embarcación, el acecho de tiburones, pero sobre todo, a su propia soledad y desesperación. Aún después de sobrevivir bebiendo pequeñas cantidades de agua de mar en días de escasez, lo más importante según su testimonio, sería la actitud desplegada: “no hay nada más importante para sobrevivir a un naufragio que no perder nunca la esperanza…no hay nada más importante, que ser un náufrago más testarudo que el mismo mar”.
Bombard, había ganado la batalla contra el mar, con muchos conocimientos y sabiduría aplicada, pero también, con una dosis de buena fortuna. Aún hoy, la epopeya de sobrevivir sin recurrir nunca a una reserva de agua dulce más que la lluvia y lo que provee la fauna marina aún encuentra infinidad de escépticos y desentendidos. Con algo de arrogancia, algunos periódicos estadounidenses lo incluyeron años después en “una larga lista de aventureros franceses que afrontaron desafíos estúpidos”. Pero distinta fue la reacción posterior en su propio país.
De regreso en Francia es esperado por periodistas con gran repercusión. En 1954 publica un libro sobre su experiencia, que le hace ganar popularidad y fama a nivel internacional. En su obra, Bombard resume lo que serían sus líneas para un manual de supervivencia para náufragos, para la que detalla dos claves: es posible sobrevivir en el mar incluso sin disponibilidad de agua dulce ni de lluvia durante un tiempo acotado, y la segunda, nuestro peor enemigo en alta mar no es la falta de alimento o agua, sino el terror y la desesperación.
En cuanto a los consejos, en su libro “Náufrago voluntario” detalla las claves de supervivencia. Además de poseer sólidos conocimientos de navegación y comprender las variables del clima:
- Se puede obtener alimentos de la pesca e incluso recolectar plancton (ricos en vitamina C) con una red especial.
- En momentos de escasez de lluvia, se puede beber agua de mar en pequeñas cantidades (aunque cómo veremos más adelante, ésta punto no encuentra aceptación o como mínimo, ha llevado a malas interpretaciones de su teoría), y hasta hidratarse con el agua que proveen los propios peces.
- Evitar la desesperación que provoca el aburrimiento a través de actividades diarias
Si hay alguien habilitado para opinar sobre las normas Bombard, ese es el alemán Hannes Lindemann, quien se propuso realizar dos cruces transatlánticos en canoa y kayak en solitario, bajo las normas de supervivencia de Bombard. En sus viajes accidentados, descubriría que no podría sobrevivir sin un mínimo de disponibilidad de agua dulce entre sus reservas. Aunque también se argumenta, que algunos de las teorías de Bombard podrían estar malinterpretadas. Bombard, sostenía que se pueden superar etapas críticas de ausencia de agua potable, si se ingieren pequeñas cantidades de agua de mar acompañadas de absorción de líquidos extraídos del cuerpo de los peces, pero no que se puede eliminar por completo la disponibilidad de agua dulce.
La vida de Bombard tras el viaje, continúa como escritor y defensor de sus teorías, dedicado a la investigación, y en el plano institucional, con un breve paso en el Ministerio de Medio Ambiente, y durante 14 años, como diputado del Parlamento Europeo. Sin embargo, su mayor esfuerzo lo vuelca a las actividades en la defensa del medio ambiente y la ecología. Sus batallas, lejos de librarse contra las tempestades de alta mar, estarían enfocadas a disparar contra la proliferación de la energía nuclear, el sacrificio de focas en el Ártico, o los métodos de cría de gansos para la producción de Paté de foie gras, que le hicieron ganar no pocos enemigos en la industria. Ya en sus últimos años, Bombard argumentaría su conversión al ecologismo: “Yo he luchado primero en nombre del hombre contra la adversidad del mar…ahora me he dado cuenta que es más urgente luchar en nombre del mar contra los hombres”.
Alain Bombard muere en el año 2005, luego de recibir algunos homenajes al cumplirse los 50 años del viaje que marcó su vida. Incluso, fue condecorado con la Legión de Honor y la Orden al Mérito Marino en Francia. En su viaje, había demostrado las altas probabilidades de sobrevivir a una situación tan extrema. Además, su aventura, contribuyó a que la legislación hiciera obligatoria la presencia de lanchas de supervivencia bajo parámetros regulados, junto a mejoras en los procedimientos de seguridad a bordo de buques. Una vez más, quedaron plasmados importantes avances que permiten salvar vidas, como consecuencia del accionar de un ser humano intrépido, invadido por un momento de pura insensatez.
Información en:
Alain Bombard, Transatlantic adventurer who survived on the fruits of the sea (The Times)
Experimento de Bombard / Alain Bombard / Wikipedia
Alain Bombard, un atrevido navegante en solitario / Obituario en El Mundo
Alain Bombard, 80, Dies; Sailed the Atlantic Alone / Obituario en The New York Times
Imagen 2 en IndiaTimes
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Si hay un capricho arquitectónico que destaca por lo insólito de su situación, su estilo, y sus vistas, ese es el del chalet que parece levitar desde hace décadas en el corazón de Buenos Aires. En una altura de nueve pisos, un chalet que parece extrapolado de algún paisaje del viejo continente, domina una de las mejores vistas de Buenos Aires. Y todo a pocos metros del obelisco, el ícono urbano de la ciudad.
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La historia del chalet es responsabilidad de un inmigrante valenciano, Rafael Díaz, que como otros tantos, llega a Buenos Aires buscando mejores oportunidades a fines del siglo XIX.
Luego de unos cuantos años trabajando en relación de dependencia, encuentra su camino al éxito empresarial creando una casa de Muebles que prospera en el ambiente de la por entonces ascendente clase media argentina. En pocos años, queda al mando de la tienda de muebles más grande de América Latina, con un salón de ventas de varios pisos, y un sistema de venta por catálogo a todo el país. Su sede estaba localizada a pasos de donde en poco tiempo se construiría el obelisco porteño.
Rafael Díaz, supo veranear en Mar del Plata, en tiempos de la Belle Époque, un reducto exclusivo de la suntuosa aristocracia de Buenos Aires, que construía junto al mar una villa poblada de imponentes chalets y mansiones. Admirador de uno de los chalets de estilo normando, Díaz decide construirse uno a gusto en la cima de su tienda de Muebles. Pero en vez de estar situado en una villa balnearia, ésta vez, estaría en medio de un mar de cemento.
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Prosopagnosia es la incapacidad para recordar y reconocer rostros y lugares. Todo lo contrario, es lo que le ha sucedido a Franco Magnani. Franco es capaz de recordar con un detalle extraordinario cada ángulo de su ciudad natal y sus paisajes, un lugar que no ha visto por treinta años. La obsesión por el recuerdo de su pueblo, lo ha impulsado a plasmar sus visiones en infinidad de pinturas, siendo reconocido por su particular habilidad, como el pintor de la memoria. (Seguir leyendo en Amazings.es)
En una muy visitada entrada pasada del blog, quedaba en evidencia otro efecto menos conocido de los terremotos: la licuefacción. A grandes rasgos, el fenómeno podría reducirse a la extraña situación en que en medio de un temblor, el agua comienza a brotar del suelo. En la entrada anterior, se puede observar un ejemplo de licuefacción en el terremoto de Niigata.
En ésta ocasión, simplemente quería acercar unos vídeos sobre el reciente terremoto en Japón que reflejan un fenómeno similar. En el primero de ellos, entre las grietas de un Parque de Tokio, el agua empieza a brotar, aunque sin el efecto destructivo del caso de Niigata (ver sobre todo a partir del primer minuto).
Otros ejemplos de las consecuencias del mismo fenómeno:
La licuefacción, es uno de los fenómenos más destructivos, y peor explicados de un terremoto, por su complejidad. Se produce en suelos granulares o poco asentados en donde la pérdida de resistencia, hace que el agua que satura el suelo, brote como un manantial. El riesgo, es que según la magnitud del fenómeno, los edificios y construcciones, se encuentren de repente flotando en un lodo inestable perdiendo por completo su estabilidad, algo que no parece suceder en las imágenes.
Visto en AGU
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Antes de realizar un experimento o maniobra militar por parte de cualquier país, los protocolos de notificación tienen como fin emitir un comunicado a decenas de países que podrían sentirse agredidos erróneamente. Y aún, en caso de notificar correctamente, puede suceder el caso de que una falla de comunicación dentro de un país, lleve a un malentendido capaz de disparar una situación que deje al mundo a diez minutos de un desastre nuclear.
Si el blog trata de cosas que ni te imaginas, que un ex ministro de defensa de un país como Canadá (o como cualquier otro) haga declaraciones del tipo “La tecnología extraterrestre puede frenar el cambio climático”, aludiendo a información y tecnología alienígena secreta en manos de gobiernos de todo el mundo es como mínimo desconcertante.
Se trata de Paul Hellyer, un ingeniero, político y escritor canadiense de 87 años que a menudo salta a las noticias de muchos diarios por afirmar que “la tecnología extraterrestre ya disponible en nuestro planeta, puede resolver el problema del cambio climático”, según declaraciones al diario Ottawa Citizen. Enhorabuena. El problema es que tal tecnología de existir, se encontraría guardada en algún armario. Paul Heyller, sostiene su creencia declarada en la visita de OVNIS a nuestro planeta desde el año 2005 públicamente, y para pruebas sostiene su propio testimonio de un encuentro cercano.
En el año 2005, Hellyer acusa a George Bush de anticiparse a una guerra intergaláctica, fabricando armamentos en secreto para utilizar contra los alienígenas. Por éstos días, el ex ministro vuelve a dar conferencias por el estilo (en el Congreso Internacional OVNI en Arizona). El mérito, si es que lo tiene, es el convertirse en el primer funcionario de rango ministerial dentro de los países del G8 en afirmar que los OVNIs son tan reales como los aviones que vuelan sobre nuestras cabezas. Para mayor sensatez, gobiernos actuales han tenido la audacia de creer durante un largo tiempo en la buena fe de Gadaffi. Pues a dormir tranquilos, estimados (+) 15.000 suscriptos, que el mundo no está en manos ni de ingenuos ni de inocentes. Y el blog, está precisamente, para intentar una mirada (o visión) beta ante todo lo que nos rodea.
(Ésta entrada fue escrita para resaltar sutilmente que Visión Beta ha sobrepasado los 15.000 suscriptos, todo lo demás es casi irrelevante)
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El desarrollar una gran sociedad, requiere de un espacio lo suficientemente grande, y sobre todo, de una utilización responsable de los recursos disponibles. En todo caso, el desafío, será encontrar el equilibrio entre el tamaño de una sociedad y el espacio que lo rodea. Caso contrario, los experimentos estarán destinados al fracaso.
Entre las tantas culturas que vivieron un colapso hasta el extremo de desaparecer como sociedad, existen ejemplos a muy pequeña escala que resultan por demás ilustrativos de la importancia del desarrollo en una escala sostenible. Nacidas como pequeñas comunidades encerradas en islas remotas, en su supervivencia desplegaron un crecimiento desmedido, o especialmente, un modelo de desarrollo que en la terminología actual debería calificarse como insostenible. El resultado para cada uno de los ejemplos tiene ribetes de catástrofe: básicamente colapsaron. Quizás el mayor ejemplo, sea el de la Isla de Pascua, modelo con el que comenzamos la trilogía.
1. La isla de Pascua. Aunque aún hoy no está claro el origen de la población originaria de la isla de Pascua, los Rapanui, si hay cierto consenso en cuanto a su colapso como cultura.
Imagen Individuo
La cultura Rapanui no llega a padecer mayormente el impacto de la llegada de los europeos, porque el agotamiento de los recursos naturales de la isla no les da tiempo a sobrellevar su prosperidad. La isla de Pascua y su cultura, muchas veces es expuesta como un ejemplo de colapso social: una sociedad que agota sus recursos y no se adapta a los cambios, una respuesta ineficiente ante el problema (los nativos aceleran su colapso al consumir más recursos para construir las estatuas moái, en honor a sus ancestros, y con la esperanza de que tal respeto les acercaría un futuro más próspero), y para rematarla, una cultura y sociedad compleja con cimientos sobre una isla de territorio limitado y recursos insuficientes. La erosión del bosque, termina por consolidar la deforestación de la isla y la insuficiencia de recursos para construir barcos y herramientas. Obstruidos para obtener los suministros básicos, todo el sistema colapsa, y ante la hambruna y una guerra civil, la cultura rapanui desaparece hasta que sus pocos descendientes, caen debilitados en manos de cazadores de esclavos.
2. Isla Malden. Es básicamente insignificante, un territorio pequeño perdido en el Pacífico perteneciente a la República de Kiribati.
Tiene la forma de un triángulo con 8 kilómetros de lado, un territorio bajo que apenas alcanza unos 10 metros sobre el nivel del mar, y a simple vista, poco para hacer. Sin embargo, en tan poco territorio, perduran las ruinas que en la escala de la isla, resultan asombrosas. Restos de templos, estructuras de piedra, pirámides, plataformas, carreteras, antiguas casas y tumbas que evidencian una antigua cultura nada numerosa, pero como mínimo notable. Según los estudios del arqueólogo Kenneth Emory, son los restos de una pequeña población de la Polinesia que sobrevivió por varias generaciones algunos siglos atrás. Se cree que el abandono de la isla, está relacionado con un agotamiento de los recursos, o nuevamente, un números de pobladores que superaba el nivel de desarrollo sostenible.
3. Islas Pitcairn. El archipiélago de la Polinesia en Oceanía, territorio de ultramar británico, es famoso por albergar los descendientes de los amotinados del barco Bounty junto a un grupo de tahitianos que se asentaron en la isla en el año 1790.
Imagen wileypics
Hoy es el país menos poblado del mundo, aunque no es una nación soberana, con sólo nueve familias y 46 habitantes. Pitcairn también tuvo su colapso en el año 1850, cuando la sobrepoblación hizo insostenible la supervivencia en el lugar. Unos meses después, algunos de los habitantes retornaron a la isla para repoblarla con un número que se equilibra gracias a la emigración actual hacia Nueva Zelanda.
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Son en su mayoría rocas o peñones que emergen en el medio del mar lejos de cualquier vestigio de tierra firma a cientos de kilómetros de distancia. Ni siquiera aparecen en la mayoría de los mapas. Inhabitables por sus insignificantes tamaños o su inhóspita geografía, despiertan sin embargo disputas territoriales por la explotación de los recursos estimados en su lecho submarino en la que los países implicados, afirman tener los “derechos de propiedad”.
1. Rockall, Atlántico Norte
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Imagen en Wikimedia / Andy Strangeway
En el Atlántico Norte, sólo se ve agua por cientos de kilómetros hasta que descolocado, emerge un peñón rocoso puntiagudo con 23 metros de altura sobre el nivel del mar. Es la roca más aislada en todos los océanos. En 1955 un helicóptero de Reino Unido realiza un aterrizaje dejando una placa de bronce e izando una bandera británica en lo más alto. Desde entonces, está oficialmente anexionada al país, una acción reforzada en el año 1972 por el Parlamento Británico, denominando al peñón como isla de Rockall integrado el distrito de Harris. Aunque la declaración reivindica el uso de los recursos del lecho submarino alrededor del peñón, no implica una fijación de soberanía. Islandia, Islas Feroe e Irlanda no están de acuerdo con la posesión británica, y mantienen un litigio sobre el peñón sobre los derechos de sus fondos submarinos. (Más información en Cabovolo)
2. Atolón Okino-Tori-Shima
A 1740 kilómetros al sur de Tokio, emergen tres islotes que desaparecen cuando sube la marea, rodeados de un arrecife. Se lo conoce como Atolón Okino-Tori-Shima, o también como Okinotorishima, y es en la práctica una laguna rodeada de coral con un reducido número de rocas que emergen en su interior. El Gobierno de Japón, sumándose a la ley de mar de las Naciones Unidas (sólo puede determinarse una zona económica exclusiva alrededor de un territorio que puede mantener vida humana por sí misma), se ha esmerado por sentar derecho de propiedad financiando una base habitada de modo permanente invirtiendo millones de dólares. ¿La razón de la inversión?: una área de explotación equivalente a 400.000 kilómetros cuadrados, un territorio más grande que toda el área superficial de Japón.
En el Atolón Okinotosishima, se construyeron espigones, muros de concreto y una base de investigación marina con helipuerto, con una inversión de 600 millones de dólares que además intenta resistir la subida del nivel del mar y la desaparición de los islotes. (En el propio blog, nos informábamos sobre el atolón hace un tiempo)
3. Scarborough Shoal
Wikipedia
Una roca emerge en el Mar de China del Sur, y una bandera de Filipinas flamea aunque nadie la vea. Se llama Scarborough Shoal, un arrecife en un caso similar a nuestro anterior ejemplo japonés. Es apenas un grupo de islas que no superan los tres metros de altura y arrecifes en un atolón que conforma un banco de arena. La disputa es entre Filipinas, y República Popular de China, República de China (Taiwán). La isla más cercana se encuentra a unos 350 kilómetros al suroeste, en el conjunto de las Spratly.
4. Islas Senkaku
Wikipedia
Las Islas Senkaku se encuentran en el extremo occidental de Japón, a 170 kilómetros al norte de la Isla Ishigaki, y a 186 kilómetros al noreste de Keelung, Taiwán. El conjunto de islas está bajo una disputa territorial entre Japón, China y Taiwán que ya se ha tomado unas décadas. De hecho, son fuente permanente de roces diplomáticos, especialmente con el gobierno Chino, que se declara responsable de su descubrimiento y control desde el siglo XIV como parte de sus territorio. Japón, por su parte, niega que exista una disputa de propiedad debido a que Japón siempre se refiere a las islas como parte integrante de su territorio. La población de la isla es nula, y en total, son cinco islas volcánicas, y tres peñones.
5. Las Rocas de Liancourt.
Imagen Courtney Bolton
Son un grupo de islas en el Mar del Japón, prácticamente inhabitables. Pero se cree que en su zona económica exclusiva podría haber yacimientos de gas natural. Quizás por ellos, tanto Japón, como Corea del Sur no se resignan a menos que incorporar las islas a su territorio. Habitado actualmente por dos residentes surcoreanos y una guardia de oficiales de la policía surcoreana, la disputa se ha renovado tras la reafirmación de soberanía por parte de Tokio en los últimos años. Las Rocas de Liancourt, de origen volcánico, tienen en su punto más alto 169 metros de altura, y en total suman 90 islotes y arrecifes.
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