Andamos estos días todos con la sensación de que se nos ha escapado una oportunidad única de ganar las elecciones y derrotar al régimen. Encuesta electoral tras encuesta vemos como el bipartidismo se afianza en las estimaciones de resultado, sin que las cuestionables cocinas oculten la clara evolución en la intención declarada de voto. PODEMOS ya no parece pelear en la misma liga que PP y PSOE, y el "sorpasso" al PSOE parece una quimera, mientras que IU se mantiene en unos mínimos que ni la popularidad de Garzón parece remontar.
Aunque muchos sigamos luchando por organizar las candidaturas de unidad que repliquen el éxito municipal, las esperanzas de victoria parecen haberse diluido, lo que sin duda nos resta parte de la necesaria energía e ilusión. Ellos ganan, nosotros perdemos otra vez.
¿Seguro?
El pasado martes el Observatorio de la cadena SER nos ofreció una ración más de encuestas en la misma linea y con los mismos titulares: refuerzo del bipartidismo y caida de los nuevos partidos. Recopilando los datos desde enero, la perspectiva no es muy alentadora.
Advierto por anticipado que esta entrada en el blog, primera desde hace mucho tiempo (demasiadas cosas que hacer y demasiado poco tiempo), es una entrada peculiar que va específicamente dirigida a mis compañeros del Círculo Podemos Alcarria Baja, con el que he colaborado durante el último año mientras he mantenido mi militancia en IU y del que me despido con este mensaje.
Estimados compañeros:
Ha sido un año (largo) muy interesante en el que me he esforzado en contribuir con vosotros a la puesta en marcha de un Circulo de PODEMOS en nuestros pueblos. Ha sido una experiencia apasionante en la que he tenido el orgullo de compartir trabajo e iniciativas con un grupo de gente admirable, luchadora y comprometida. Incluso ahora, cuando decido que mi tiempo en el Círculo ha llegado a su fin, me alegro inmensamente de haber tenido el privilegio de conoceros y de compartir mis esfuerzos con vosotros. Estoy seguro de que vamos a seguir en contacto, porque la gente que no se conforma con lo que hay y se compromete por buscar un mundo más justo y mejor nos acabamos encontrando en todas las luchas y todas las iniciativas.
Repito que aunque corte mis vínculos con el Círculo de PODEMOS, no rompo mis vínculos con vosotros (no os libraréis de mi tan fácilmente :-)) y podéis contar conmigo cuando necesitéis apoyo para cualquiera de esas iniciativas que nos unen. Pero ese apoyo ya no será de un miembro de PODEMOS, sino de una persona de izquierdas y comprometida (como la mayoría de vosotros), pero de las muchas que no nos vemos representados por el que aún es vuestro partido. De esos que la gente que dirige PODEMOS desprecia sistemáticamente como pitufos gruñones, aburridos y eternos perdedores. Así somos algunos querido Pablo Iglesias, irredentos tristes, de los que preferimos siempre perder las batallas que perder los principios y la dignidad. Al final una pesada carga para quien está dispuesto a desprenderse de todo en su hoja de ruta por alcanzar el poder
Aunque los motivos por los que rompo todos mis vínculos con PODEMOS están seguramente en la mente de muchos, no está de más explicarlos aquí, por si a alguno os sirve de motivo de reflexión (y porque siempre me gusta dejar constancia de estas cosas en mi blog). El entorno es conocido, pero siempre hay una última gota que acaba por derramar el vaso, y estos pequeños detalles no carecen de importancia como elementos de reflexión.
Como todos sabemos bien, en las últimas semanas se produjo la vuelta a la actividad del Círculo por parte de gente que había estado apartada desde finales del año pasado. Gente que no participó en la campaña municipal en el que conseguimos un éxito increible (alcaldías en dos de nuestros cuatro municipios, y victoria en un tercero donde solo un pacto PP-PSOE ha impedido que gobernemos), exito del que creo que podremos estar siempre orgullosos y en el que comprobamos la potencia de que la vieja gente de IU y la nueva de PODEMOS nos pongamos al servicio de un objetivo político común, olvidándonos de las siglas y las mezquindades de esa gente que parasita las jerarquías de las organizaciones en cuanto estas se ponen en marcha.
Es evidente que esta gente no se ha reactivado porque si, sino que recibe su fuerza y su legitimidad de una cúpula de PODEMOS que ha ido tomando un rumbo inexplicable para muchos dentro y fuera del partido. Si hace unos meses esa gente podía ser descartada como elementos extraños, resulta más complicado no admitir que son ellos los que más se acercan al discurso oficial que el partido defiende ahora mismo. Me dejó marcada una reflexión de Pedro cuyas evidentes connotaciones fascistas me pusieron los pelos de punta, y que parece haber sido recibida con bastantes aplausos por parte del entorno oficialista de PODEMOS en los foros provinciales:
Reflexión de medianoche y resumen: Cuál es la supuesta izquierda? Podemos es un partido del pueblo o es un partido de izquierda? Es un partido del pueblo. Quién forma podemos? Lo forma gente que pertenece ideológicamente al pueblo pero con miras mucho más elevadas que las del pueblo. Por qué digo esto? Porque el pueblo a día de hoy está manipulado e idiotizado, de hecho es el pueblo el que sigue votando al PP y al PSOE. El pueblo español debe estar unido, nada de izquierdas y derechas. La izquierda son unos pocos nostálgicos que pretenden puentear a podemos; y la derecha son los herederos del franquismo y la época feudal. Ambos bien a gusto en sus poltronas realimentándose mutuamente. Podemos debe llegar al pueblo, pero al pueblo real, que son los votantes de PP y PSOE manipulados. No hay más, se trata de hacerles entender el nuevo paradigma. De hacer que les llegue, de hacérselo entender y educarles, porque esa gente es sumamente básica.No puedo tener nada que ver con un partido que tolera a personas con tendencias fascistas en su seno, y menos si estas parecen contar con la aprobación de sus dirigentes. Os alerto porque se que vosotros no sois así y no compartís estas tendencias. Máximo cuidado y mucha atención hacia donde va el partido al que aún os sentís vinculados, no os tengáis que avergonzar algún día de lo que habéis apoyado.
Pues aquí estamos, en el gran año electoral en el que un bipartidismo tambaleante, columna vertebral de un régimen que se resquebraja, se la juega. Las hostilidades se abrieron hace casi un año con las elecciones europeas y en este tiempo muchas cosas han pasado y cada cual ha ido tomando sus posiciones.
Hoy se dará una primera escaramuza, antesala de la batalla de verdad que se dará el 24 de mayo. Es escaramuza porque las expectativas de cambio en Andalucía son limitadas, y tan solo se dirime la medición de fuerzas de cada cual. El resultado de un PSOE que ganará y necesitará pactar está ya cantado, pero estas elecciones son también algo así como una segunda vuelta de las Europeas, que permiten constatar como de bien ha hecho cada cual los deberes en este largo año.
¿Y como pienso yo que ha hecho cada uno esos deberes? Pues aquí tenéis mi versión:
Para empezar, las fuerzas del régimen han estado más que activas. Después de un verano y principio de otoño noqueadas, parece que por fin hayan dado con una estrategia, y es que esta gente se juega sus habichuelas y no han mantenido el tinglado en pie durante 40 años a base de cometer estupideces ilimitadas. Hasta otoño mantenían el plan establecido hace tiempo de aflojar un poco en la asfixia económica y subirse al carro del cambio de ciclo como vía para que la opinión púiblica volviera a su cauce. El problema es que minusvaloraron el impacto que la marejada de nauseabunda corrupción ha tenido en la población española, y para octubre se hacía evidente que la táctica no estaba funcionando, con un PODEMOS imparable que ponía patas arriba el tablero electoral. Empezó entonces una campaña masiva de desprestigio hacia los de Iglesias utilizando toda la artillería mediática del régimen, campaña que para fin de año parecía que había conseguido ya detener el avance electoral del nuevo partido.
No fué una victoria menor para el régimen, sin embargo el panorama electoral seguía siendo muy complicado, pues conducía ineludiblemente a una gran coalición que acabaría con la ilusión de la alternancia, y dejaría unas perspectivas de futuro muy complicadas de gestionar a largo plazo. En enero se produjo la victoria de Syriza y la gran manifestación de PODEMOS en Madrid, lo que debió hacer temblar a más de uno y les obligó a replantear la estrategia.
Para febrero, la táctica cambió radicalmente. Los intentos de mantener en pie el bipartidismo parecen haberse evaporado, y la nueva estrategia se vuelve evidente. Ante el desbordamiento del descontento, se opta por dejar de intentar detenerlo y canalizarlo de forma no dañina por medio de Ciudadanos, al fin y al cabo un partido nuevo y no pringado de corrupción. El éxito es inmediato, y es que buena parte de la opinión pública si parece haberse tragado que la política económica está siendo efectiva, por lo que la oferta de un partido continuista en lo económico pero limpio de corrupción, tiene sus posibilidades.
Hay que reconocerlo, ¡Bien jugado señores! Lo sentimos por la cúpula del PP con el bobalicón de su lider en cabeza, que serán sacrificados y tendrán que echarse a un lado para dejar paso a una nueva generación de jovencitos neoliberales que no tenga nada que ver con el pasado reciente. Lo sentimos también por los nacionalistas, que ven como su relevancia se desvanece una vez que no sirven en este momento como muleta; que no desesperen, porque la rueda gira y es probable que en el futuro vuelvan a ser requeridos para jugar su papel a cambio de sus parcelas de poder local. El régimen parece que tiene ya un plan de reconstrucción que pasa por un próximo gobierno en el que el PSOE se apoye en Ciudadanos para mantener el rumbo del sistema bajo una cara más amable. Muerto el bipartidismo, ¡viva el partido bisagra!
Mientras los estrategas del régimen se afanaban en intentar tapar las grietas y reforzar los pilares dañados ¿Como de bien lo hemos hecho nosotros, aquellos que estamos por cambiarlo? Veamos:
Empecemos por Izquierda Unida y los suyos. Las elecciones europeas deberían haber sido un toque de atención para recordarnos como de mal lo habíamos estado haciendo hasta este momento, cuando tres o cuatro personas son capaces de movilizar a la gente a la que no habíamos llegados y crear una esperanza de cambio. Sin embargo, la capacidad de nuestros dirigentes de hacer el Don Tancredo y no enterarse de nada desafía toda lógica. Y es especialmente sangrante cuando la militancia les llevamos exigiendo que cambien desde hace ya muchos años.
Lo que iba a ocurrir se veía venir salvo para los XXXX que nos lideran. Para finales de año las encuestas indicaban que no solo no somos capaces de movilizar el voto de los desencantados del bipartidismo, sino que más de la mitad de nuestros votantes tradicionales nos habían dado por inútiles y decidían invertir sus esperanzas en PODEMOS. Con ellos se nos marchan una parte importante de nuestros cuadros, cansados de predicar en el desierto ante unos dirigentes que han demostrados ser unos auténticos XXXX.
El colmo llegó cuando por fin parecía que en IU Madrid llegaban nuevos aires y las primarias aupaban a aquellos que apostaban por fin por cambiar las cosas. Los dueños del aparato en la capital, que a su conocida XXXX unen ahora serias sospechas del papel que han jugado en la corrupción generalizada en Madrid, decidieron dar un golpe de estado contra los militantes y simpatizantes, y encontraron en el Consejo Político Federal unos cooperadores necesarios. Atónitos hemos asistido a tres meses de destrucción de la esperanza que las primarias trajeron, a como han preferido reventar a la organización antes que apoyar a aquellos que apostaban por un cambio de rumbo que ellos, en su XXXX temen. Son unos auténticos XXXX que no creo que los militantes nos merezcamos.
Existe en IU un potencial enorme de dirigentes jóvenes y con prestigio, y una militancia dura y trabajadora que es capaz de compensar la XXXX de nuestros CPF, pero es muy difícil conseguir buenos resultados con un lastre tan inmenso como estos XXXX suponen. De que consigamos apartar cuanto antes de la toma de decisiones a esos auténticos XXXX depende el futuro no ya de IU, sino de las posibilidades de cambio en el país. Resulta difícil no perder la esperanza después de lo que llevamos vivido, pero dicen que es lo último que se pierde.
Si en IU demostrábamos nuestra habitual XXXX en estos meses, lo de PODEMOS tampoco es para tirar cohetes. Para el verano su crecimiento se convirtió en imparable, cuando la gente les identificó como una alternativa por fin con posibilidades de desplazar a lo que había. Para octubre eran la fuerza con mayor intención de voto, pero ya se habían cometido errores cuyas consequencias se iban a ver en los siguientes meses.
Para empezar, el partido que respondía a la vocación participativa y asamblearia del 15M se dotó de unas estructuras verticales y autoritarias que no pueden pasar la prueba del algodón de una auténtica democracia interna. Algunos lo entendimos como un mal menor para evitar que el efervescente partido se convirtiera en el ejército de Pancho Villa, pero es que la forma en que se han aplicado las jerárquicas estructuras creadas son auténticamente espantosas. Se ha intentado cercenar toda diversidad de opiniones y se ha negado a la militancia el opinar en temas tan importantes como la estrategia electoral. Los Secretarios Generales electos no tienen acceso a sus listados de militantes, sin duda para que no puedan organizar ningún movimiento de oposición interna, y últimamente proliferan las presiones internas a los disidentes, con amenazas de expulsión incluido. Todo esto aún no trasciende al gran público, pero este tipo de pecados acaba pagándose.
Para seguir, la estrategia de sobreactuar con lo de la transversalidad, que a mi siempre me generó dudas, parece haber naufragado totalmente. Puestos a elegir un partido poco ideológico, Ciudadanos parece mejor opción para los apolíticos desencantados por la corrupción del sistema, pero que no cuestionan sus fundamentos económicos. No era tan difícil ver como el CIS reflejaba que PODEMOS no se veía como un partido transversal, y que su base lo constituía la movilización de la gente de izquierdas. Se pusieron los cimientos perfectos para que la operación Ciudadanos tenga éxito, desideologizando el debate y centrándolo solo en las corrupciones del sistema. Entonces parecía un error, pero en la actualidad, mantener el discurso es una auténtica XXXX.
Para terminar, y no menor, es la nefasta estrategia de negar toda confluencia e intentar hacernos pasar a todos por su triunfante aro. Cuando la opinión pública pedía a gritos formar un polo de oposición al bipartidismo que pudiera juntar las fuerzas de todos los que queremos cambiar el sistema, estos auténticos XXXX, quizás borrachos por las pujante encuestas, decidieron que en ellos estaba la verdad absoluta. Hay que ser XXXX.
Donde hasta el otoño algunos nos las prometíamos muy felices, en este principio de primavera se nos han acumulado importantes nubarrones. No es que esté todo perdido, pero hay que reconocer que la corriente ha ido cambiando y ahora mismo los vientos parecen soplar mucho más a favor del régimen. La esperanza de los GANEMOS ha sido machacada por lo mas XXXX de una y otra organización, y apenas sobrevive en algunos sitios por la cabezonería de unas bases militantes y mucho más inteligentes y limpias que quienes las deben dirigir.
¿Tiene la cosa arreglo aún? Yo aún veo posible minimizar el daño, pero no es fácil. Hace falta que IU consiga quitarse el lastre de los XXXX que la dirigen y apueste de verdad por hacer las cosas de forma diferente como la mayoría de sus afiliados les estamos diciendo. Hace falta que los XXXX que dirigen PODEMOS decidan repasar todas sus meteduras de pata y se apeen de la burra en la que se han subido y que parece haber cogido la cuesta abajo.
No es fácil que ocurra, y creo que ya hemos tirado por tierra buena parte de la oportunidad de hacer de las elecciones autonómicas y municipales una victoria fundamental sobre la que edificar para el futuro. De verdad que la gente de izquierdas de este país se merecía algo mejor de ese grupo de XXXX que llevan las riendas.
En los calendarios anglosajones, la semana nace el domingo, y el domingo pasado empezaron para mi siete días que han resultado muy intensos y duros. Como en una larga novela que resolviera sus tramas paralelas de golpe, como si el tiempo se comprimiera, de repente pasan muchas cosas que tendrán consecuencias en lo personal en los tiempos que vienen. No puedo dejar de recoger un breve testimonio de todo ello en este blog, elementos aislados y diversos, entre lo personal y lo lejano, pero que parecen girar a mi alrededor con una lógica conjunta de nacimiento y muerte.
Nos deja un amigo
El jueves nos dejó nuestro compañero Rafa, concejal en nuestra localidad y amigo de esos que uno hace cuando conviertes en una parte importante de tu vida tu implicación en los asuntos de todos. Un desenlace inesperadamente rápido producto de un desafortunado post-operatorio en su lucha contra el cancer de pancreas diagnosticado este verano. Rafa era de esa gente imprescindible que es capaz de hacer el trabajo de muchos, y junto con nuestro compañero Juan Andrés pusieron en marcha hace ocho años la primera candidatura de IU en nuestro pueblo. Paso a paso, en buena medida gracias a su trabajo e inteligencia, consiguieron llevar a nuestra coalición al ayuntamiento y a convertirse en la auténtica oposición a los caciques que lo tienen secuestrado hace décadas.
La muerte de Rafa nos deja huerfanos a todos, con tanto por hacer e inmensamente mermados. Tenía el liderazgo de la gente que hace las cosas, y repartirnos su carga para seguir adelante nos va a suponer un esfuerzo a todos. No podemos ni vamos a defraudarle, como dijo Marcelino Camacho, nos levantaremos, y seguiremos adelante. En Mayo culminaremos entre todos su trabajo de estos 8 años y devolveremos la dignidad a la política municipal. Si no ocurriera, Rafa, te aseguro que no será porque no hayamos puesto todo nuestro esfuerzo y corazón en ello.
Gracias por todo amigo.
En Grecia nace una esperanza
La semana empezó sin embargo el domingo de forma muy diferente. En Grecia nació la esperanza de un tiempo nuevo, y nuestros camaradas de Syriza consiguieron lo que parecía casi imposible. Cuando en la noche del domingo supimos que el resultado era seguro, llegó un momento de esperanza, pero también de duda. Syriza no tenía mayoría absoluta, y se enfrenta a unos retos inmensos. ¿Conseguirían siquiera montar un gobierno estable? ¿Se atreverían a la hora de la verdad a poner en marcha las medidas prometidas, o seguirían la habitual senda de indignidad que partidos como el PSOE acostumbran cuando llegan al poder?
La forma en que Tsipras y los suyos han afrontado estas cuestiones parece que acabará por devolvernos la ilusión. El mismo lunes había ya gobierno y Syriza se garantizaba la mayoría en la cámara mediante un acuerdo que desde aquí parece contra natura pero que parece encajar perfectamente dentro de una planificación que no parece nada improvisada. Ese mismo días se anunciaban medidas tan relevantes como el parón a las privatizaciones, subidas de pensiones y salarios mínimos y devolución de la electricidad a los que no la pueden pagar. Tanto tiempo tratando de convencernos de lo difícil que es conseguir dar un pequeño paso cuando tomas el poder, y Tsipras da en un solo día pasos suficientes para justificar toda una legislatura.
Con el gobierno constituido el martes, de él emerge inmediatamente Yanis Varoufakis, Ministro de Finanzas, como un enorme referente para todos. Su dura recepción al grotesco socioliberal Dijsselbloem, mamporrero de la oligarquía financiera europea que nos oprime nos abrió aún más la puerta de la esperanza de que nada impide a un gobierno hacer las cosas que promete
Leía hoy un muy recomendable artículo del blog jorgedioni bajo el título Maidán en Atenas, en el que se nos recuerda como la situación económica que arrasa a las economías del sur de Europa no es más que el producto consciente de decisiones concretas realizadas por personas concretas en momentos concretos y en busca de unos objetivos concretos.
El artículo, como decía muy recomendable, resulta a la vez frustrante, preocupante y esclarecedor, en su recuento de cómo se han desarrollado los acontecimientos desde el inicio de la crisis, y cuanto de culpa tienen nuestros políticos inútiles, corruptos y débiles que han contribuido como cómplices en el sufrimiento gratuito al que las medidas económicas que se han impuesto han llevado a millones de personas. Después de leerlo me volvió a la cabeza una idea que llevo rumiando desde hace meses, y es que creo que existen motivos suficientes para perseguir judicialmente a la gente que ha tomado esas decisiones que nos han costado, junto a gran cantidad de sufrimiento, muchos miles de millones de euros a la población española y de otros países del sur de Europa.
Todo empezó en mayo de 2010, cuando se reunió el Eurogrupo para poner en marcha el diseño de lo que debían ser las políticas económicas en la Unión Europea. El pacto de estabilidad nace para atar a todos los estados de la zona euro en políticas económicas neoliberales y es aceptado por una socialdemocrácia que firma su suicidio político.
Desde entonces, el Banco Central Europeo se encargó de dosificar las medidas de política monetaria con el objeto de doblegar a gobiernos y ciudadanos díscolos que se atrevieran a cuestionar las lineas económicas fijadas por una oligarquía. Se permitió que durante años los tipos de interés con los que se financiaban los estados del sur de Europa fueran innecesariamente altos, permitiendo a los especuladores que se lucraran a su gusto mientras mantenían el grifo de la financiación cerrado e infligían un daño económico brutal sobre las economías de los países afectados. Dosificando acciones que se tomaban dentro del secreto habitual con el que se mueve la institución, chantajearon a gobiernos para que tomaran medidas no solo contrarias a sus compromisos con sus electores, sino también a sus intereses nacionales.
Uno de los puntos álgidos llega en agosto de 2011, con la famosa carta secreta de Trichet a Zapatero en la que se le informa de las 8 condiciones que el gobierno español debe aceptar si quiere que el BCE actue en los mercados comprando deuda española para parar a unos especuladores que están haciendo su agosto (nunca mejor dicho) a costa de la calculada inacción de la institución. La presión se mantendrá un año más, hasta que tras presentar Rajoy en julio de 2012 la puesta en marcha de un durísimo plan de ajuste, Mario Draghi anuncia el 2 de agosto que “El BCE hará lo necesario para sostener el euro. Y créanme, eso será suficiente”. Y suficiente fué, pues era un mensaje a sus cómplices de los mercados financieros indicando que la fiesta se había acabado, mensaje que se entendió inmediatamente. La facilidad con la que los mercados se aplacaron demuestra la magnitud del dolo con el que el BCE había actuado hasta esa fecha.
Desde entonces, sin que las cifras macroeconómicas dieran ningún motivo para ello, las primas de riesgo empezaron a bajar y la crisis de deuda se disolvió como un azucarillo. En España, con una bajada de tan solo 2% en la cifra de déficit público, y con un endeudamiento que se ha disparado de estar por debajo del 80%, a alcanzar el 100% del PIB, los tipos a largo plazo que tiene que pagar el gobierno español para financiarse han pasado de rondar el 6%, a acariciar el 1%. El proceso ha sido el mismo para todos los países del sur de Europa que sufrieron durante 2 años de los ataques especulativos contra su deuda.
La crisis de la deuda pública de los países del sur de Europa ha durado exactamente el tiempo que han querido unos oligarcas financieros, que se han servido de instituciones que estaban al servicio de todos y que deberían de garantizarnos el bienestar, para imponernos políticas contrarias al interés y voluntad general, y generando inmensos beneficios a los magnates financieros mundiales. Esos comportamientos, realizados en secreto y en busca de intereses particulares, pueden y deben de calificarse como de extorsión, y deben ser investigados judicialmente. Hablamos del expolio de las cuentas públicas por decenas o incluse de cientos de miles de millones de euros, y de la imposición de políticas que garantizan el trasvase de rentas de los ciudadanos a los oligarcas durante los años venideros.
Debemos por tanto exigir que se abra una investigación en toda regla que aclare:
Ha sido un tiempo muy activo desde las Elecciones Europeas y el sorprendente resultado electoral que dio a PODEMOS su 8% de votos, muy cerca del nuestro. Ha sido, al menos para mi, un tiempo muy activo e interesante, causa entre otras de que haya mantenido el blog un poco abandonado. Comparto mi propia experiencia que no es más que una historia más de las que seguro se dan dentro de Izquierda Unida en toda España.
Por esas coincidencias que tiene la vida, mi empresa me enroló en junio en un par de días de formación dedicados a la gestión del cambio. Estos cursillos no suelen entusiasmarme, pero de vez en cuando encuentras alguna cosa interesante que llevarte contigo. De este curso en concreto me quedé con la parte dedicada a los ciclos emocionales por los que suele pasar la gente cuando se enfrenta ante un cambio que le saca de su zona de confort. Es bastante conocido y generalmente aceptado, y creo que explica bastante bien lo que IU y sus afiliados hemos venido experimentando últimamente.
Pasado mañana es el día. Nuestra segunda oportunidad en IU Madrid, y quizás la última para Izquierda Unida en general. La vieja burocracia se ha visto forzada a entrar en un proceso de primarias que nunca quisieron. Primarias abiertas a simpatizantes.
"primarias"
"abiertas"
Me los imagino semanas atrás contando simpatizantes registrados como quien cuenta desgracias. Mil, dos mil, tres mil, cuatro mil, cinco mil, seis mil, siete mil, ocho mil... Me imagino las crecientes caras de alarma de los muñidores de censos, los controladores del aparato, los gestores del desastre y el desprestigio pasados y presente, los colegas de Moral Santín, los administradores de los embargos por parte de hacienda. Me los imagino reunidos el día después de cerrarse el registro, rumiando estrategias. No los conozco, pero se me antojan simbólicamente como un grupo plomizo, gris,, marmoleo y ajado, tristes representantes de un triste pasado que se niega a aceptar que su tiempo se ha acabado.
No creo que ninguno haya siquiera bromeado planteando la posibilidad de que esas mil, dos mil, tres mil, cuatro mil, cinco mil, seis mil, siete mil, ocho mil personas que se han molestado en seguir el intrincado procedimiento montado para las primarias, lo hayan hecho para defender su causa. Su jugada no es, no ha sido nunca la de crear esperanza y encauzar entusiasmos, sino la de movilizar el miedo de los de dentro a lo que viene del exterior, alimentarse del desconocimiento, el conservadurismo, y en los últimos meses, del resentimiento ante la llegada de lo nuevo. Ellos se mueven como pez en el agua entre los pactos y las componendas, regateando puestos en listas y movilizando favores pasados e insinuando prebendas futuras. Trabajan hacia dentro y todo lo que venga del mundo exterior resulta una amenaza en su entorno controlado, estancado e inmutable. Siempre le tuvieron miedo a consultar a los militantes, demasiados y demasiado incontrolable para asegurar el resultado, y ahora las cifras del descontrol se llenan con mil, dos mil, tres mil, cuatro mil, cinco mil, seis mil, siete mil y hasta ocho mil personas del mundo exterior. Un modesto éxito de convocatoria para Izquierda Unida, una negra amenaza para su poder.
Fantaseo mientras escribo, y como en un clásico de la literatura de miedo me imagino que esos ocho mil se les aparecen como fantasmas que les miran mudos y silenciosos, esperando a que suenen las doce campanadas del próximo domingo para transmitir su mensaje. Vienen a pedir cuentas, son los desencantados, los que no aguantaron más, los que tiraron la toalla mientras impotentes veían como cuanto más crecía el poder de unos, más menguaban las fuerzas de todos. Esos ocho mil son el fantasma de las navidades pasadas que vienen a recordarles a algunos su trayectoria, sus errores, sus componendas y su falta de generosidad. Esos ocho mil son el cambio que ellos llevan años negando, son el futuro al que ellos saben que ya no pertenecen. Son su punto y final.
Pero esta gente no lleva decenios controlando todo lo que ocurre en IU Madrid a base de rendirse sin luchar. Saben que la derrota en esta batalla es la derrota definitiva, y van a sacar todo lo que llevan dentro para exorcizar a esos miles de fantasmas. Cuestionar censos, clamar contra los infiltrados, tratar de convocar al grupo contra el enemigo exterior, marcarlos primero, segregarles después en sus urnas separadas (en su aterrorizada ceguera no son capaces ni de ver el negro simbolismo de sus actos) para intentar dejarles mudos después, invalidando su voz para convertir su derrota en victoria. Victoria agónica, manchada, sucia e indigna, pero nuestros tristes burócratas no aspiran más que a las migajas de seguir en sus cargos y quizás ocupar un silloncito público en alguna institución tras unas elecciones en las que puedan ofrecerse como instrumento para apuntalar el poder de otros. No tienen prestigio ni reputación que defender, así que no tienen nada que perder.
Y por si no es suficiente, dejan para el final su jugada maestra. Los sospechosos señalados tratarán de arrojar un manto de sospecha sobre quien ha osado ponerse a la cabeza del enfrentamiento contra ellos. Como en una burlesca parodia de las tácticas con las que la oligarquía española intenta embarrar la política nacional, ellos también intentan sumarse a una campaña de difamación, y no tienen reparo para ello en caminan codo con codo con los nauseabundos representantes mediáticos de esa misma oligarquía. Y mientras saborean lo que ellos creen una táctica brillante, no se dan cuenta del asco que nos produce su falta de ética y de lealtad hacia la institución que llevan parasitando tanto tiempo y a la que no dudan en dañar con tal de mantener el control sobre ella. Como un maltratador desesperado, la prefieren muerta que en manos de otro, un símil que no se me ha venido a la cabeza a mí solo.
Dentro de poco más de un día llegará la hora de que hablemos. Hablarán los miles de afiliados, muchos amarrados por el conservadurismo y el miedo, acudirán a cerrar filas a la llamada de los viejos dirigentes. Pero allí estarán también, claro, los guerrilleros de la resistencia interna, esos que no se han rendido ni abandonado durante el largo invierno de los burócratas. Y junto a ellos muchos otros que poco a poco han ido perdiendo la venda que tenían ante los ojos cuando el olor a aguas estancadas se ha hecho ya imposible de ocultar.
Es una batalla más de una guerra que se mantiene hace mucho tiempo, pero esta vez no estaremos solos. Porque esta vez tenemos a mil, dos mil, tres mil, cuatro mil, cinco mil, seis mil, siete mil y hasta ocho mil amigos que han decidido que ellos también tienen un mensaje que transmitir. Y lo siento Gregorio, lo siento Angel, lo siento Miguel, lo siento Jose Antonio, lo siento Raquel, la cosa no pinta bien, porque son demasiadas voces y creo que van a gritar demasiado fuerte para que consigáis acallarlas. Yo estoy deseando que llegue el lunes... ¿y vosotros?
Resulta casi innecesario reiterarnos en los datos de intención declarada de voto, simpatía y estimación que nos ha presentado el CIS esta semana. Las conclusiones más evidentes ya se han discutido de sobra, con un tripartidismo que sustituye al clásico bipartidismo, y con IU y UPyD que se van encontrando paulatinamente sin sitio.
En lo que está también todo el mundo de acuerdo es en que la situación es inestable. PODEMOS, el elemento que ha sembrado el caos en el orden electoral previo, anda entre las convulsiones e indefiniciones de su fundación. Sus apoyos pueden evaporarse o asentarse según vayan clarificando posturas políticas y mensajes, y las posibles coaliciones están pendientes de hacer o deshacer. De ambos elementos (junto con elementos de fondo incontrolables como la cascada de corrupciones y la evolución de la crisis económica) depende la evolución futura de lo que ahora son solo tendencias.
Dado que las cartas están en realidad en las manos de PODEMOS, tengo la esperanza que nuestros estimados Doctores en Ciencias Políticas sepan analizar muy bien la mucha información que el avance de resultados del barómetro nos permite ya extraer. Por si sirve de ayuda, aquí aporto algo de análisis de ese que me gusta hacer cuando aparece algún datos.
Empiezo por como se reparte la tarta ideológica por partidos. ¿A que piensa votar la gente que se califica a si mismo en el eje Izquierda-Derecha?
Por fin tengo los datos completos de la encuesta del CIS de julio. Una encuesta que resulta muy interesante porque refleja ya el nuevo panorama político después de la irrupción de PODEMOS tras las elecciones Europeas, irrupción que ha dejado obsoletas todas las encuestas anteriores.
Como bien sabe quien lee este blog, durante los últimos tres meses, he colaborado activamente en la puesta en marcha del Círculo de PODEMOS en mi zona, y lo he hecho porque soy un convencido de la utilidad de la nueva formación para poner finalmente patas arriba el sistema político español. Dentro del Círculo trabajo con el indisimulado objetivo de tender puentes entre ellos e Izquierda Unida de cara a una futura convergencia, postura que cuenta con el apoyo de buena parte de sus miembros, pero también con la oposición de otra parte. Esa diversidad de posturas entiendo que es común dentro de PODEMOS.
Por mi experiencia diría que, entre esa gente que no quiere convergencia, abundan sobre todo los que lo hacen en base a un mero cálculo electoralista. Existen fuertes temores de que la integración de PODEMOS junto a IU en un frente común pueda truncar el crecimiento de una organización que insiste mucho en no hablar de izquierdas o derechas. Los datos de la encuesta del CIS nos permiten analizar el perfil del potencial votante de PODEMOS para ver hasta qué punto esta preocupación es fundada.
Empecemos por comparar esta última encuesta con la de hace un año, cuando PODEMOS no existía. Veamos primero cual ha sido la evolución tanto en la intención declarada de voto, como en la simpatía, y finalmente la combinación de ambas, que es en mi opinión el indicador más adecuado para anticipar los resultados electorales.
Hace tiempo que no escribo, como bien me recordaba estos días un anónimo seguidor, preocupado por si mi silencio significaba mi paso a PODEMOS. No es tal el caso, pero admitía que estos días es difícil hablar de otra cosa en política española que no sea hablar de ellos, y no me gusta convertirme en monotemático. Trataré por tanto de cambiar de tercio, aunque sospecho que PODEMOS saldrá de alguno manera dentro de esta entrada.
Ayer, hablando con mi hijo sobre la situación política, la conversación nos llevó a un tema por debajo de lo puramente electoral, como es la "cultura política" que subyace por debajo. Hablo de cultura siguiendo esa definición como "conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social", que no deja de ser otra definición de lo que podríamos llamar "ideología dominante".
Argumentaba yo en nuestra conversación, que en realidad existe un consenso muy amplio por parte de la población en casi todos los temas socio-económicos, y que es ese consenso lo que da estabilidad al sistema. Existe, nos guste o no, un gran consenso al respecto del capitalismo como el mejor, o al menos el menos malo de los métodos de producción. El principio de que una economía socialista está abocada al fracaso, debido a la tendencia de la gente a no esforzarse cuando le cubres sus necesidades, llega incluso al imaginario de buena parte de los votantes de IU. La competencia como motor del progreso, y el premiar al más capaz como única vía para que los miembros de la sociedad se esfuercen, son conceptos tan extendidos que apenas se cuestionan.
Por otro lado, está también socialmente extendido, incluso entre personas que se declaran de derechas, el principio de que hay ciertas necesidades básicas que toda persona tiene que tener cubiertas. Nos parecería indecente que un pobre muriera sin atención médica por el hecho de que no pueda pagarla, o pensar que hay gente que pueda sufrir de malnutrición, por más que pensemos que su situación de privación es culpa de sus propios errores.
Teniendo en cuenta estos parámetros, podríamos decir que la sociedad española es fundamentalmente socialdemócrata, con una pulsión a la protección social que explica las tensiones que está sufriendo el sistema cuando quienes lo dirigen tratan sobrepasar los límites de ese consenso social. La oligarquía que domina el país cuenta con todos los resortes del poder formal, pero se han encontrado con un fuerte rechazo social cuando han querido modificar las normas básicas que garantizan una sanidad igual para todos, o cuando se recorta en educación, o cuando se van desmantelando otros sistemas de protección social.
En este contexto, en el que aquello que la gente quiere choca contra lo que el poder desea, la única vía para imponer las medidas que se pretenden consiste en intentar convencer a la gente de que lo que desea resulta imposible. Para ello se utilizan recursos propagandísticos de todo tipo, siendo el tema estrella la supuesta necesidad de asegurar la sostenibilidad del sistema. A la gente que quiere más protección social y más estado del bienestar, se les tiene que convencer que lo que buscan es imposible, y que recortar es la única forma de garantizar que se mantiene algo. Es un burdo chantaje en el que a la gente se le da a elegir entre aceptar una pérdida parcial, o bien perderlo todo.
Evidentemente, convencer a la gente para que renuncie a sus deseos no resulta fácil, y es ahí donde el juego del bipartidismo se vuelve esencial, y el papel del PSOE resulta imprescindible para que la agenda de los poderosos pueda avanzar frente al deseo de las mayorías. Como en la táctica del "poli bueno" y el "poli malo", se presenta al PSOE como el defensor de la causa de lo social, el poli bueno que representa la visión del mundo más social y solidaria frente a un PP que defiende el ultraliberalismo. La imagen de división política en dos bandos capitaneados por las dos patas del bipartidismo es fomentada por disputas en temas accesorios para el poder como son la no-discriminación o incluso la política territorial.
Una vez que en el imaginario de la gente, se ha constituido al PSOE como el portavoz de la igualdad social, resulta fácil marcar el margen de lo que es posible y convencer a la gente de que sus deseos no lo son. Si en materias como los recortes sociales, la precarización laboral o la privatización de servicios, el propio supuesto defensor de la causa social pregona el mensaje de que son medidas inevitables, la mayoría social acaba aceptando resignada que sus deseos son imposibles. Es un proceso que inició el PSOE en los años 80, en el cual buena parte de la gente a optado por perder toda ilusión por una política que solo le da a elegir entre lo malo y lo peor.
Pese al aparente éxito de la fórmula, la incapacidad del poder para cambiar la ideología de la gente resulta patente, y cuanto más se avanza en el proceso de imponer la agenda ultraliberal, las tensiones se vuelven más evidentes. La decepción y demovilización política, y el continuo crecimiento de la abstención, son síntomas del problema que no podían pasar desapercibidos. Tras el paréntesis de la burbuja inmobiliaria, su estallido y la última vuelta de tuerca antisocial del PSOE de Zapatero, rompió la cuerda finalmente. Dicha ruptura se expresó públicamente por primera vez en forma de movilizaciones del !5 M, cuyo mensaje de fondo era mucho más peligroso para el sistema de lo que algunos quisieron ver. Bajo el "no nos representan", o el más explícito de "PSOE y PP, la misma mierda es", se presentaba una grieta peligrosísima en un pilar fundamental del sistema. La magnitud de la derrota del PSOE escondía un mensaje que algunos no quisieron ver, y es que el partido socialista estaba dejando de ser visto como una alternativa social, y se identificaba por parte de un sector creciente de la sociedad como la otra cara de una misma moneda.
Erase que se era un país en el que una la coalición de rojos insensatos bajo el inaudito nombre de “Ganemos España” se hizo con el poder. El flamante nuevo ministro de economía, de apellido Garzón como un famoso juez, anuncia tras su nombramiento tan solo dos medidas económicas:
En los últimos días asistimos a un crecientemente acalorado debate dentro de IU al respecto de los cambios que hacen falta en la organización para afrontar las cruciales próximas citas electorales, debate en el que las relaciones con PODEMOS constituyen un elemento central. Los primeros anuncios al respecto de cambios han creado fuertes respuestas internas por parte de gente relevante en la organización (Paco Frutos por poner un ejemplo), para los cuales el cambio de rumbo supone una amenaza para el proyecto político que todos defendemos. Vaya por delante mi respeto hacia gente como el propio Paco Frutos, un respeto que es compatible con un total desacuerdo hacia sus puntos de vista en este tema.
Se argumenta por parte de un sector que podríamos llamar “inmovilista” (sin ánimo de menosprecio alguno), y cuyas posturas en la cúpula de nuestra organización eran hasta hoy mayoritarias, que la trayectoria que parece tomar IU, abrazando algunos de los principios de los que ha hecho gala PODEMOS, sería un peligroso ejercicio de oportunismo político. Se lamentan que se abandone una trayectoria sólidamente consolidada durante largos años para aventurarse en caminos que rozarían el populismo, y que tal movimiento se haga como consecuencia de un resultado coyuntural cuya consolidación futura es incierta. Entiendo que existe preocupación de que el abandono de formas organizativas y cambio de lenguaje en busca de ampliar la base electoral (tal como PODEMOS ha hecho) suponga de facto el abandono del propio contenido político, en un proceso parecido al que llevó al Partido Comunista Italiano a convertirse en un partido socio-liberal más. No les falta razón a nuestros compañeros en cuanto a su desconfianza, porque no hace falta irse al PCI para encontrar ejemplos de “renovadores” surgidos en el entorno de IU cuyo acomodo final ha sido engrosar las filas de un PSOE en su versión más liberal. La tentación de dejarse ideología por el camino con el objeto de obtener poder es un riesgo siempre presente, y toda vigilancia al respecto es poca, especialmente cuando a los dirigentes parece atraerles irresistiblemente la posibilidad de obtener un sillón (incluso ministerial, ¿verdad Rosa Aguilar?), desde donde por fin tocar poder.
El problema de nuestros compañeros, es que su precaución les está convirtiendo en conservadores, y mantenernos inmóviles en el fracaso es tan peligroso como tomar una senda equivocada. Pretender mantenernos como puristas guardianes de las esencias (hablamos de lenguaje y organización, no de propuestas políticas), condena a IU a una marginalidad a la que parecemos habernos acostumbrado, mientras dejamos que sean otros los que protagonicen los cambios que nuestro sistema político necesita y que la gente ahora por fin pide. El miedo a que la operación PODEMOS acabe siendo la forma en que el poder prepara un PSOE versión II, que permita frenar a una Izquierda Unida que resulta mucho más amenazante, puede convertirse en una profecía auto-cumplida. Sin la implicación de los militantes de IU en el nuevo espacio político que se ha abierto en la izquierda, autoexcluyéndonos y posicionándonos como competidores, dejamos al entorno PODEMOS más susceptible de convertirse en una herramienta desideologizada y anti-política tipo Movimiento 5 Estrellas, o en ese nuevo PSOE que el sistema necesita, algo que por cierto dista mucho de las intenciones expresadas repetidamente por los fundadores del nuevo partido.
Parte fundamental del problema consiste en la reticencia de alguna gente en IU a entrar en el juego del marketing electoral, como si utilizar las herramientas a nuestra disposición para maximizar el resultado de las elecciones tuviera algo de poco ético. Resulta una postura quijotesca inexplicable, porque damos ventaja a nuestros enemigos políticos a los que dejamos que se aprovechen de técnicas que tienen una efectividad comprobada. Cuando algunos defendíamos que Marina Albiol debía haber sido nuestro cabeza de cartel en las europeas, por tener claro que el electorado espera una renovación generacional, dicho movimiento no suponía ninguna traición a ningún principio, tan solo buscar entre nuestras filas a la persona más adecuada para ejercer un papel concreto. Pablo Iglesias, Errejón y Monedero lo tenían muy claro, hablando un lenguaje que la gente entiende, ofreciendo un esquema organizativo que apela a la participación y alejándose de etiquetas para defender un contenido político que es en realidad similar al nuestro, tuvieron éxito donde nosotros siempre fracasamos. Debemos dar las gracias que con su iniciativa se hayan recuperado para la izquierda muchos votos que en nuestra cerrazón nosotros habíamos despreciado. Si el grupo de la Izquierda Europea tiene ahora 11 diputados españoles es en buena medida gracias a su acertado diagnóstico.
Me chocan las acusaciones que algunos en IU hacen a PODEMOS de ser una operación montada por la derecha, cuando los mensajes que yo he oído de boca de sus cabezas visibles resulta más nítidamente críticos con el sistema del que oigo habitualmente a alguno de nuestros líderes. Y algo tienen que estar haciendo bien cuando hablar de cosas como la nacionalización de sectores estratégicos suscita tantos apoyos cuando lo expresa Pablo Iglesias, como suspicacias cuando lo dice Cayo Lara. Debo además confesar que, puestos a desconfiar de intenciones ocultas, me fío más del compañero Pablo que de alguno de nuestros propios líderes.
Cuando surgió el 15-M, hubo sectores puristas dentro de IU que despreciaron un movimiento cuya orientación ideológica era cuando menos confusa. Afortunadamente hubo muchos de nuestros afiliados que tuvieron menos reticencias y participaron codo con codo con el resto de gente del movimiento, y creo que eso contribuyó positivamente a su evolución. Ahora que PODEMOS parece haber encontrado la forma de canalizar ese movimiento al servicio de un programa político equiparable al nuestro, algunos mantienen su escepticismo y reticencias. Si a estos compañeros los cambios que ahora se anuncian en nuestra organización les huele a la deriva que sufrió PCI, a otros su inmovilismo nos recuerda a la postura del Partido Comunista Griego, que en su dogmatismo puede ser un elemento fundamental para evitar que la Syriza rompa con el bipartidismo en su versión helénica.
Señores, llevamos años siguiendo en un rumbo que no nos ha llevado a ninguna parte. Entiendo vuestras reticencias, pero eso no puede ser excusa para negarse a intentar fórmulas nuevas que nos saquen del fracaso habitual, especialmente cuando las circunstancias nos ponen ante una oportunidad histórica. El inmovilismo en las posturas es incompatible con la cacareada confluencia que todos decimos defender. Si pensamos que dicha confluencia consiste en que todos se acomoden a nosotros y en seguir haciendo lo de siempre, acabaremos perjudicando a una IU que puede acabar en la irrelevancia, y lo que es peor, podemos acabar resultando un problema para la causa que defendemos.
Si vuestros temores se confirman y el nuevo rumbo nos hace derivar hacia un abandono de nuestros principios ideológicos, podéis contar conmigo para ponerme en frente a vuestro lado, pero mientras tanto no creo que sea tanto pedir que deis una oportunidad a nuevas estrategias antes de iniciar una oposición que puede acabar siendo una pura y humana resistencia al cambio.
Han pasado cuatro años desde el inicio de los sucesivas tandas de recortes y reformas puestas en marcha por el gobierno del PSOE y el PP, y los efectos sobre nuestra economía son ya claramente visibles. El plan se basaba en "eliminar rigideces" del mercado laboral, o dicho en palabras más llanas, abaratar despidos y bajar salarios, de forma que nuestras empresas ganaran competitividad internacional (devaluación interna) en un entorno en que ya no se puede devaluar la moneda. Con costes laborales más bajos, la demanda externa tiraría de la economía, y se crearían los necesarios puestos de trabajo, entrando en una senda de recuperación ligada a las exportaciones (no ya a la construcción) y que debería ser sostenible en el tiempo. En paralelo, se pusieron en marcha medidas de recorte de gasto público y aumento de la imposición indirecta en busca del equilibrio presupuestario.
Según el gobierno, las medidas ya están dado sus frutos, y ya acumulamos un año de leve repunte laboral y tasas de crecimiento del PIB positivas, unido a una rebaja del déficit que nos ha permitido evitar el rescate. Tenemos datos que nos permiten evaluar si este triunfalismo está justificado, y atisbar si nos encaminamos como dicen hacia una recuperación económica y del empleo sostenidos.
Empecemos por confirmar el éxito de las reformas laborales de los gobiernos de Zapatero y Rajoy en su búsqueda de las rebajas salariales. Los datos indican que la resistencia tradicional en España a rebajar salarios se ha roto por fin y hemos acumulado tres años de descensos cercanos al 2%, descenso que se ha convertido en congelación en el último año.
Andamos todos en IU a vueltas con qué hacer con el fenómeno de PODEMOS. Nos reunimos y discutimos para analizar el nuevo panorama político sabiendo que algo importante está pasando, pero sin ponernos de acuerdo del todo en cuanto a lo que esto significa y como debemos reaccionar ante ello. No es solo el resultado electoral, sino que las encuestas más recientes parecen confirmar una propensión de una parte importante de la población a optar por el partido recién llegado, en detrimento fundamentalmente de PSOE e IU, pero también de pequeños partidos y de la abstención.
Entre los compañeros percibo una mezcla de malestar, desconfianza y esperanza. Malestar por una iniciativa que nos roba el espacio y trunca nuestras expectativas de crecimiento; desconfianza hacia un partido que comparte parte del mensaje anti-político de esos partidos populistas de derechas europeos; y esperanza por ver como por fin parece que las fuerzas que aspiran a un cambio de modelo político y económico pudieran tener a tiro al bi-partidismo. Después de haberme reunido con los compañeros a nivel provincial y a nivel local, y tras leer el informe al respecto de las elecciones preparado por el Consejo Político Federal, veo que de cara al futuro predomina una vocación mayoritaria de respeto hacia lo que hagan en PODEMOS, a la espera de una convergencia electoral futura que vemos como imprescindible y casi inevitable. Un sentarse a esperar lo que ocurre dentro de la nueva formación que a mí se me hace insuficiente ante la importancia del asunto.
Creo que estamos haciendo una interpretación de la situación parcialmente erronea. Como ya he dicho en este blog, yo no veo a PODEMOS como un partido con el que competir o colaborar, sino más bien como el resultado de una estrategia organizativa y de comunicación diferente a la nuestra que ha surgido de nuestro mismo entorno y con los mismos objetivos que nosotros defendemos. Pablo Iglesias y los suyos han acertado en el diagnóstico de porqué IU no conseguía llegar a ciertas capas del electorado, y ha encontrado la fórmula para atraerlas hacia nuestro lado de la batalla política, poniéndonos a tiro lo que llevamos años buscando. Seríamos estúpidos si no les ayudáramos a que esta fuerza que necesitamos tan imperiosamente se vuelva a difuminar, un peligro muy real dadas las grandes contradicciones de partida que tiene el nuevo partido.
En los próximos meses, PODEMOS pasará por periodos tremendamente turbulentos. Se enfrenta por una parte al reto de poner orden en un ideal asambleario que en mi opinión resulta inmanejable tal como está, pero sobre todo se enfrenta al problema de la llegada al movimiento de personas heterogeneas políticamente que no van a poder convivir en la misma iniciativa. Inevitablemente habrá una corriente que se imponga, la gente se decantará y parte de los que ahora participan se darán cuenta de que PODEMOS ya no les representa. Lo que salga puede seguir en la linea ideológica que plantearon sus fundadores, pero puede también alejarse hacia posturas menos críticas con las estructuras económicas existentes, y no cabe duda de que habrá un potente intento por parte de los medios del sistema para que sea esta segunda opción la que triunfe.
Si la iniciativa fracasa, mucha gente volverá al camino del desencanto o el voto útil, cerrando unas expectativas que hemos tardado décadas en encontrar. Si el posicionamiento ideológico evoluciona para desprenderse de los elementos más "anticapitalistas" y transformadores, la iniciativa quizás contribuya a forzar una cierta profundización en las estructuras democráticas, pero dejarán el sistema económico intacto en una fase en que el capitalismo nos va imponiendo sus aspectos más crueles. Un PODEMOS inofensivo sería una gran herramienta para taponar las grietas de credibilidad del bipartidismo sin poner en riesgo las estructuras de poder actual. Es por eso por lo que creo que sentarnos simplemente a mirar lo que ocurre resulta irresponsable y peligroso.
El proyecto de Pablo Iglesias debe verse por la gente de Izquierda Unida como una oportunidad inmensa. En sus Círculos se reúne gente cuyas decisiones nos van a influir significativamente, y de sus debates depende el futuro de toda la izquierda. Nuestra presencia en estas reuniones, nuestra participación en esos debates y nuestra colaboración con la gente que forma parte de estos grupos pueden resultar clave para que todo esto evolucione en una manera que no acabe constituyendo una oportunidad perdida. Se trataría de entrelazarnos a nivel de base, de forma que contribuyamos a que la formación no derive ideológicamente de forma peligrosa. Una presencia que debería ser no como IU, sino individual por parte de cada uno de nosotros, de igual a igual y con respeto a las normas que el proyecto de PODEMOS se ha dado. Algo parecido a lo que ya hemos hecho muchos de nosotros con nuestra participación en las mareas, plataformas sociales y resto de movimientos que han ido surgiendo desde el 15-M
La ventaja de la forma de funcionar de PODEMOS por medio de asambleas abiertas, es que nuestra participación abierta en ellas no traiciona sus reglas y puede ser compatibilizada con nuestra actividad y militancia en IU. Nos da acceso además a una audiencia con poca cultura política, abiertos a escuchar y ganas de participar, recién despertados del adormecimiento en que el sistema les ha mantenido durante décadas. Podemos hacer proselitismo, no de nuestras siglas (eso sería éticamente cuestionable y evidentemente mal recibido), pero si de nuestras ideas y propuestas, para que estas sean asumidas y se conviertan en el núcleo ideológico del nuevo partido, mientras creamos relaciones de confianza y camaradería con la gente que conforma los círculos de PODEMOS.
Yo ya lo estoy haciendo así, ayudando a la gente de mi área que están poniendo en marcha su propio Circulo PODEMOS y participando en sus asambleas, poniendo siempre por delante mi militancia activa en IU con el objeto de que nadie se llame a engaño. De momento me encuentro cómodo con gente que encuentro en su mayoría bastante afín ideológicamente, si bien son muy críticos con como funciona nuestra organización, crítica que de hecho en buena medida comparto. Se que muchos otros compañeros están actuando de forma similar.
Si lo hacemos bien solo tenemos cosas a ganar. Si PODEMOS mantuviera su pujanza actual y si entre todos conseguimos que mantenga la linea ideológica inicial, la confluencia electoral sería inevitable al encontrarse nuestras bases entrelazadas. Si fracasara, es muy posible que pudieramos evitar que el destino de muchos de los que ahora andan esperanzados y movilizados fuera simplemente el desencanto, y que pudieramos rescatar parte del impulso ahora creado para liderar la siguiente alternativa desde una Izquierda Unida que debe cambiar en el camino muchos de sus vicios organizativos.
Así pues, como buena parte del reducido (pero selecto :-) ) grupo de seguidores de este blog pertenecen al entorno de IU, os animo directamente a que sigáis nuestro ejemplo y hagáis algo más que sentaros a ver si hay suerte y de PODEMOS sale la acumulación de fuerzas necesaria para el cambio político y social. Hagamos lo que sea necesario para que esa posibilidad se convierta en un éxito real que todos podamos celebrar.
En los últimos días nos hemos encontrado con las primeras encuestas electorales posteriores a las elecciones europeas. No había que ser un profesional de la sociología para anticipar que PODEMOS iba a recoger en estas encuestas un importante porcentaje de votos efecto de la euforia tras su sorprendente éxito, y aún así, debo confesar que los resultados son tan espectaculares que me han pillado por sorpresa. Dejo aquí unas tablas para que cada cual haga su valoración.
En primer lugar, los resultados de las encuestas, tanto la intención de voto indicada por los encuestados, como los resultados finales estimados en función de esta intención expresada.
Pues sí, ayer me pasé por una asamblea de Podemos. Que conste que mi intención no era la de participar, sino conocer a la gente que la forma, su forma de trabajar y las cosas que defienden. La experiencia fue interesante y creo también interesante compartirla.
Antes de empezar, quiero que conste que mi deseo es que esta gente triunfe. En los últimos días nos hemos ilusionado todos sumando votos mentalmente para desbancar al bipartidismo, y somos conscientes que todo cambiaría si podemos extrapolar los resultados del 25 de cara a las próximas citas electorales. La cuestión fundamental que me llevaba a la reunión era la de determinar hasta qué punto los recién llegados a las lides electorales pueden responder a las expectativas que se están generando, y como de posible será trabajar con ellos para constituir candidaturas conjuntas con Izquierda Unida. Con estas premisas, acompañé a Julia y un grupo de amigas a la asamblea de Guadalajara. Era su primera participación con “Podemos”, partido al que todas ellas votaron en las pasadas elecciones, e iban decididas a poner manos a la obra para generar su propio “circulo” en nuestra localidad
Para empezar, el número de gente presente no estuvo mal, unas 60 o 70 personas apretados en los sótanos de un bar. Los organizadores preguntaron cuanta gente acudía por primera vez y resultó que representaban un 70 u 80% del total. Por lo que se comentó, yo diría que si quitamos a la gente que anda recién llegada al calor del éxito electoral, el grupo activo no debe superar una o dos docenas. Concluyo, y no es una sorpresa, que el resultado electoral no ha obedecido precisamente a su capacidad de movilizar gente para trabajar en la campaña, sino que está ligado únicamente al tirón mediático del líder. Me hubiera gustado encontrarme con un batallón de activistas entusiastas, y me encuentro un pelotón de curiosos cuyo grado de implicación a largo plazo resulta difícil de determinar aún. No parece que, al menos antes del 25 y el éxito que supuso, Pablo y los suyos hubieran dado aún con la fórmula que movilice a la gente más allá del cómodo click en el ordenador. Confieso que es una pequeña decepción, pero es cierto que nos hará falta tiempo para ver cuáles son las fuerzas reales del nuevo movimiento-partido, una vez que el subidón se pase.
Otro aspecto que me preocupaba era cuál sería el perfil de gente presente. Temía que fuera demasiado heterogéneo y anti-político, del tipo de gente con la que acabaríamos chocando a la hora de plantearnos propuestas conjuntas o compartir listas. Algo de todo parecía haber, pero en general puedo decir que me quité parte de mi preocupación. Había un aroma a 15-M de lo más evidente, con algún despistado levantando las manos a modo de aplauso. Gente de un gran rango de edades (pocos realmente mayores), nada del predominio de chavales que hubiera podido esperarse, ni tampoco me parecía que el rollo de internet y redes sociales tuviera un enorme protagonismo. En general creo que predominaba la gente que está viviendo su primera experiencia de participación política, pero no me parece que haya demasiado equívoco en cuanto al carácter izquierdista de la iniciativa (etiquetas aparte). En el lenguaje, el aspecto y las maneras de los promotores del evento, se ve una orientación que espantará a los que se acerquen con las ideas confundidas y crean en populismos a lo Beppe Grillo. En este aspecto me voy con más tranquilidad de la que llegué.
Aclarados estos puntos, me centro en observar la dinámica de la reunión. Uno ya es viejo en las lides asamblearias y sé lo difícil que es conseguir de ellas una capacidad ejecutiva que las permita ser efectivas, por lo que me interesa ver cómo han resuelto Pablo y los suyos ese problema, como se consigue despejar el dilema y las contradicciones entre la efectividad y la participación horizontal y asamblearia. A ese respecto, confieso que no he podido menos que sentirme también defraudado. No es que el modelo de funcionamiento de “Podemos” no me haya gustado, sino que simplemente no me parece que exista aún. Estuvimos dos horas y media en una reunión en la que se dieron turnos de palabra a muchos de los asistentes y con un orden del día un poco indeterminado. Entre las aportaciones, algunas razonables y otras (la mayoría) simplemente gente expresando sus ideas más o menos genérales pero sin contenido demasiado práctico. Me quedó claro que las asambleas son abiertas y que las decisiones se toman solo si tienen un apoyo de un 80% de los presentes. A efectos prácticos, el único tema que se decidió es la creación de unas comisiones (renombradas posteriormente como “grupos de trabajo”) y coordinadas por algunos de los presentes (y alguno no presente). La propuesta que se acabó aprobando era la que traían los organizadores y las comisiones quedaron en manos de la gente que venían propuestas inicialmente.
No pude menos que constatar por tanto que, por mucho que se haya usado un método asambleario, acabamos con la propuesta de los líderes siendo aprobada. La dinámica de liderazgo de unos pocos más o menos organizados previamente, y el seguimiento a sus propuestas de una mayoría menos activa, es natural en todas las asambleas a las que he asistido, y esta no ha sido diferente. No veo nada nuevo ni revolucionario en la forma de actuar, y salgo a este respecto con la impresión de que para cuando hayan completado de organizarse, lo que salga puede ser un calco de la forma en que funcionan las asambleas de Izquierda Unida. No puedo menos que preguntarme si para este viaje hacían falta estas alforjas.
Antes de entrar en la reunión, andaba preguntándome porqué gente como las amigas que me acompañaban encontraban más atractivo participar en “Podemos” que hacerlo en IU (pese al tiempo que llevo intentando convencerlas). Al acabar la reunión seguía sin haber encontrado respuesta, y no pude evitar hacerles la pregunta directamente, para llegar a la conclusión de que el motivo es una combinación de los prejuicios adquiridos hacia IU y del atractivo que genera pertenecer a un movimiento que ahora se identifica con el éxito. Está claro que gusta más estar en el lado de los triunfadores.
El resumen de mi visita a mis vecinos de “Podemos” presenta por tanto, al menos para mí, más sombras que luces. Entre lo positivo, salir esperanzado de que cuando toque, no será excesivamente difícil confluir con ellos. Sin embargo tengo dudas de que pasada esta efervescencia inicial, consigan constituirse en una organización suficientemente fuerte como para para no seguir dependiendo del puro tirón mediático como han hecho hasta ahora.
Solo el tiempo resolverá estas dudas, dejemosles que sigan su propia dinámica y ya nos iremos encontrando en las movilizaciones y las luchas cuando toque. Les sigo deseando todo el éxito del mundo, pero tengo claro que de momento les seguiré observando en la distancia.
Ayer llegué a casa y me encontré a Julia en un acto de infidelidad. La pillé “in-fraganti” conspirando con algunos amigos (a los que yo infructuosamente había intentado enrolar en Izquierda Unida) para crear un círculo de Podemos en nuestro pueblo. Bromas aparte, este hecho resume de forma simbólica casi todo lo que supone y puede llegar a suponer la irrupción de la iniciativa de Pablo Iglesias en la vida política española, así como el shock que supone para los que formamos la vieja guardia de Izquierda Unida.
“Podemos” e Izquierda Unida
El domingo pasado, durante el recuento de las elecciones europeas en nuestro pueblo, la aparición de las primeras papeletas de Podemos fue recibida de forma contradictoria por parte de los apoderados de IU presentes. Un compañero se lamentaba que el esfuerzo de años trabajando en la política local fuera tan poco productivo comparado con el éxito de un partido sin implantación local y sin ninguna historia. Resulta un poco inevitable sentir un poco de despecho hacia el electorado por su ingratitud, pero no me llevó demasiado tiempo convencerles de que lo que estaba ocurriendo abría unas perspectivas muy favorables para el futuro. Cuando acabó el recuento habíamos salvado el orgullo superando a "Podemos" por unas décimas, y el humor había cambiado hacia la celebración por las primeras elecciones que yo recuerdo en que la izquierda cosecha un auténtico éxito.
Creo que los sentimientos en los afiliados de Izquierda Unida estos días están pasando de forma acelerada por estas fases de incredulidad-decepción-esperanza. Con el orgullo maltrecho por el relativo revolcón, y gracias en parte a la respetuosa postura que Pablo Iglesias y su entorno han mantenido hacia nuestra coalición antes y después de su éxito, la gente está adaptándose rápidamente a la nueva situación. El esfuerzo lleva siendo demasiado grande, demasiado tiempo, para nuestras reducidas fuerzas, y un poco de ayuda en nuestra lucha contra el bipartidismo neoliberal va a ser bienvenida. Si todo este asunto nos sirve sw paso para que nos espabilemos en IU en nuestra búsqueda por la prometida renovación y apertura, mejor que mejor.
¿Por qué ellos pueden donde nosotros no?
Se están haciendo muchos análisis al respecto de porqué Pablo ha conseguido por fin canalizar parte de esa energía social de descontento e indignación, triunfando donde Izquierda Unida no había tenido éxito. Se habla del impacto de la presencia mediática, de una buena campaña con presencia en las redes sociales y de la imagen gris de nuestro candidato, pero yo creo que los motivos fundamentales son otros.
Dicen los expertos en comunicación que la gente no compra productos por su utilidad, sino por cómo les hacen sentir. Las campañas de publicidad se orientan en los últimos tiempos a generar esas sensaciones positivas asociadas a los productos. Si "Podemos" e Izquierda Unida fueran dos productos de consumo y tratáramos de asociar sensaciones a cada marca, nos daríamos cuenta de la diferencia en el atractivo de cada una.
"Podemos" da imagen de novedad donde nosotros lucimos antiguos, juventud donde nosotros representamos como poco madurez (no pudimos elegir un candidato más ajustado a dicha imagen), es esperanza donde nosotros reflejamos décadas de derrotas, son las nuevas tendencias de la mano de las redes sociales donde nosotros somos el viejo mitin, es limpieza donde nosotros tenemos nuestras propias manchas de corrupción. En la parte emocional nos ganan por goleada, y aunque a nuestro favor estaría la fiabilidad de lo conocido, y el prestigio de nuestra trayectoria, ambas cosas no están mal para atraer el voto de los carrozas, pero no es lo que demandan las nuevas generaciones que despiertan a la política de la mano de los mazazos de la crisis.
Existe otro aspecto importante y que puede tener un enorme impacto. Izquierda Unida es enemigo electoral tradicional del PSOE, y con millones de antiguos votantes abandonando un partido que les ha decepcionado, el voto a IU puede parecer una cierta traición personal, el reconocimiento de un error y una derrota. Para ese electorado “Podemos” puede resultar una opción mucho más asumible que pasar por el aro del antiguo rival. Además, no nos engañemos, el programa y toda la información que rodea a “Podemos” tiene un punto de no concreción que puede permitir que de momento satisfaga a un amplio espectro de votantes y con el que cualquier socialdemócrata moderado puede confluir (tampoco es que el de IU apueste por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción).
Entre unas cosas y otras, Pablo ha conseguido lo que parecía imposible. La misma gente que hace tres años no quería saber nada de la política, parece haber comprendido que sin presencia en las instituciones no va a ser tan fácil cambiar nada. Al modo en que las madres intentan meter las verduras en el menú de sus hijos a base de servirlas en puré, el modo de presentación de la candidatura que ha cocinado Pablo y su gente parece haber obrado el milagro de hacer de la política un menú atractivo para muchos.
¿Qué cabe esperar en adelante? Muchas oportunidades junto con un algún riesgo.
Empecemos con lo positivo. Desde el 15-M se ha ido generando un enorme caudal de energía social que hasta ahora no había encontrado su cauce político. Esos millones de personas desencantadas e indignadas alimentaban los altos índices de abstención dejando una engañosa sensación de que nada estaba cambiando. “Podemos” puede estar convirtiéndose ya en la salida política que toda esa energía acumulada necesitaba, y si tal cosa ocurre, generará un tsunami político que puede arrasar en las próximas citas electorales.
Siguiendo con lo positivo, la hegemonía del PSOE en la izquierda está tocada, y el proceso que ahora abren dudo que sea percibido por la gente como algo más que un intento de re-engancharse a sus cuotas de poder amenazadas. “Podemos”, en caso de unirse en coalición con Izquierda Unida y otras fuerzas del entorno, representa no solo la posibilidad de cambiar un sistema que se considera corrupto y quemado, sino que puede ser visto como el caballo ganador que arrastre a los que busquen un voto útil para desplazar al PP. Si tal percepción se extendiera, la “PASOKización” del PSOE sería una posibilidad muy real. La medida del impacto lo van a dar las próximas encuestas, y debemos estar pendientes de cómo evolucione la intención de voto de la nueva formación, que puede disfrutar de un efecto de arrastre que aumente sus expectativas progresivamente (a costa de PSOE e IU).
En paralelo con la posible subida de intención de voto, sospecho que el ejemplo de Julia y mis amigos va a extenderse, y el número de activistas de “Podemos” puede crecer rápidamente. En materia social, hay pocas cosas más potentes y atractivas que una tendencia en alza, y la pertenencia a los círculos de “Podemos” puede acabar siendo algo digno de presumir frente al rechazo que provoca normalmente toda pertenencia a los viejos y apoltronados partidos tradicionales. A la gente le gusta formar parte de los fenómenos sociales, más aún cuando tienen aureola de moderno, y exitoso. Si además sirve para canalizar toda esa rabia acumulada, el coctel puede ser de lo más atractivo para esa gente que acaba de llegó al activismo de la mano del 15-M. Desde el punto de vista de los que desde Izquierda Unida andamos hace tiempo haciendo resistencia política precaria al todopoderoso bipartidismo, que llegue nueva gente que ayude va a ser una auténtica bendición. Hasta ahora, los intentos de IU de ampliar la base de militantes han sido bastante infructuosos, y la tarea es siempre agotadora.
Sin embargo, el camino de Podemos no será de color de rosa. Tras el empujón inicial, llegará el momento de la definición concreta, de las propuestas, las decisiones y los conflictos. A fecha de hoy, dudo que muchos de los entusiastas partidarios de “Podemos” se hayan leído su programa o tengan una visión clara de lo que el nuevo movimiento-partido representa.
Habrá decepciones, luchas por el poder y portazos de gente que sentirá que lo que se está haciendo no cuadra con lo que el partido debía de ser, tanto en lo relativo a su programa y propuestas como en la forma de funcionar. Una cosa es que te una el desencanto y la oposición a un enemigo común, y otra cosa es ponerse de acuerdo en cómo construir. Estoy convencido que no son todos los que ahora están, si bien es muy posible que acaben llegando otros muchos que en esta primera oleada no se tomaron “Podemos” como una opción seria.
A “Podemos” va a llegar todo tipo de frikis huérfanos de opción política, y en estos primeros tiempos, el experimento de los círculos abiertos se va a poner a prueba si no existen unas directivas mínimas que fijen el potencial rumbo errático que cada grupo puede tomar. Durante esta primera fase de decantación, el hecho incuestionable de que ahora mismo “Podemos” no es mucho más que el partido de Pablo, da una cierta tranquilidad al respecto de una posible deriva ideológica y programática demasiado indeseable. Seguramente la prueba de fuego llegará a la hora de determinar su apertura a alianzas con la propia IU (y dentro de ella los “comunistas”), lo que para muchos supondrá una línea roja que no querrán pasar.
Observar y ver qué pasa
Muchas incógnitas, algunas esperanzas y no pocas dudas. Nosotros, la gente de IU, llevamos mucho a nuestras espaldas como para no mantener un cierto grado de escepticismo ante iniciativas que pueden desplomarse tan rápido como suben. En Francia hubo hace algunos años un movimiento con ciertas similitudes (Nuevo Partido Anticapitalista) que no aguantó demasiado tiempo y se ha disuelto como un azucarillo. En Grecia, Syriza ha tenido un recorrido diferente, si bien es cierto que fue un movimiento creado alrededor de “Sinaspismos” equivalente a IU en el país heleno.
Dejemos que los recién llegados maduren en lo que será para muchos su primera experiencia política. Si el experimento fracasa o deriva hacia posiciones extrañas, nosotros seguiremos por nuestro camino, como hemos hecho hasta ahora. Si responde a las esperanzas que algunos están poniendo, contarán con mi apoyo y supongo que con el de toda nuestra organización, para formar un frente que acabe con el bipartidismo neoliberal y corrupto. Será sin duda interesante.
Esta semana disfrutamos de un ejemplo más de la prepotencia de las oligarquías que nos gobiernan. Una de las voceras del sistema, la ya famosa Mónica Oriol, se quedó tan pancha declarando como hay trabajadores poco cualificados que "no valen para" y para los que nuestro escuálido salario mínimo es un regalo injustificado.
La señor Oriol se pasó de frenada, y ante la inmediata reacción que sus palabras produjeron, ha recibido pocos apoyos. Su atrevimiento denota sin embargo en que punto estamos en el desmantelamiento de todo avance social conseguido durante el siglo XX. El capitalismo español se encuentra ante el mismo problema que se encontró el PP hace dos años, y es que una vez que has conseguido todos tus objetivos, cuando la victoria es total y ya tienes todo lo que pedías, alguien tiene que ir empezando a poner encima de la mesa una agenda nueva con objetivos nuevos, y el innovar es siempre algo arriesgado.
En el PP algunos empezaron a darse cuenta en los últimos tiempos que las limitaciones que tuvieron que poner a su fascismo nacional-católico para salir de las catacumbas electorales en los 80 pueden ser una restricción autoimpuesta innecesaria, que les impide alcanzar un mayor estado de confort. Conseguido gobernar en todos lados y con un dominio absoluto de los medios de comunicación, su agenda de máximos de los 90 les sabe a poco a los que mantienen la foto de Franco junto a la del neo-santo Wojtyla en la intimidad de su dormitorio. El conservadurismo más modernito se les queda corto y sus ramalazos franquistas e integristas católicos les asoman por costuras que se les han quedado estrechas.
El capitalismo español está más allá de lo que se hubiera atrevido a soñar hace 10 años. Han acabado con los convenios colectivos; han conseguido no ya congelar salarios, sino salir de cada negociación con unos trabajadores indefensos con rebajas salariales pactadas; han reducido drásticamente las indemnizaciones por despido y están ya casi en el entorno de la flexibilidad de contratación total; les siguen bajando las cotizaciones sociales; se ha rebajado drásticamente la recaudación del impuesto de sociedades. En paralelo, la privatización de lo público parece que anda ya en sus últimos escarceos, y despues de la energía y las comunicaciones, se han ido quedando con todo servicio público: desde recogida de basura municipal, agual, mantenimiento, seguridad, etc. La privatización de las pensiones anda en marcha, y la última frontera de la sanidad también va encaminada convenientemente para convertirse en una forma más en que los poderosos de siempre acumulan más y más.
Llegados a este punto solo caben dos opciones. O bien se sale ante la prensa y se dice que ya no se necesita nada más porque ya se ha conseguido todo, o bien se pone uno a pensar en objetivos aún más ambiciosos, y la señora Oriol debe ser de los segundos. Tampoco es que haya que ser un genio para darse uno cuenta que una vez iniciado el camino de ir bajando salarios, el que haya una barrera en forma de salario mínimo resulta un obstáculo a eliminar.
Los angelitos quieren más, porque está en nuestra naturaleza no conformarnos con lo que tenemos. Una vez que nos hemos tragado las jubilaciones a los 67, cada vez oiremos más hablar de jubilaciones a los 70, y cuando estas lleguen se pondrá encima de la mesa la fecha de los 75. Alguno habrá que pida que se sustituya la fecha fija por una variable basada en criterios de incapacidad, de forma que si se te considera apto sigas siendo exprimido, y como alternativa siempre tendrás los planes de jubilación privados si no quieres trabajar hasta que te mueras. ¿Os parece cruel y excesivo? Dadles tiempo y espacio y ya veremos.
Si alguno piensa que la insensibilidad y crueldad de los más ambiciosos tiene un límite, que se lo vaya pensando. El límite se lo tenemos que poner nosotros, y lo más probable es que tenga que ser a base de ostias, porque a estas sabandijas inhumanas solo les va a frenar el miedo, y ahora mismo no lo sienten.
Utilizo conscientemente el mismo título en la entrada que ha utilizado Hugo, con la intención de crear un mini trending-topic en la red de blogs de ILoveIU. Sospecho que el resultado de la elección de listas de ayer va a dar bastante que hablar en los circulas cercanos a nuestra organización.
Antes de expresar mi propia postura, constato desde ayer, en los comentarios a las noticias de la prensa y en el Foro de IU, que las reacciones de la gente de nuestro entorno se engloban en dos grupos. Están por una parte los que demuestran un grado de oposición que va desde la moderada decepción, a la más radical indignación; y están por otra parte los que tratan de justificar que la candidatura no es mala, le sacan virtudes y le minimizan los defectos. El grupo que no existe, por lo que veo, es el de los entusiastas, los que se han ilusionado y han visto sus energías y esperanzas fortalecidas. La decisión de ayer se me antoja como una carga que algunos sobrellevan con lealtad a la organización, y a otros se les hace una pesada losa. A algunos, como Chema Ruiz, parece que la losa de la decepción se le ha hecho ya demasiado pesada.
Dice Hugo que la lista tiene sus cosas buenas, entre las que destaca la pluralidad de organizaciones que van en puestos con posibilidad de salir elegidos. En eso le doy la razón. creo que IU ha sido extremadamente generosa, y que es un fuerte mensaje para el resto de organizaciones menores (una realidad, no un menosprecio) que andan en el entorno de la izquierda.
Poco más puedo conceder sin embargo al optimismo, porque particularmente veo en el resultado de ayer un monumental error, un fracaso de la organización para dar un paso adelante, una inmensa oportunidad perdida, una constatación de los defectos que nos atenazan, un sorprendente y lamentable autismo ante la sociedad, un peligro para nuestro futuro y un error estratégico de unas dimensiones que tendremos que evaluar con el tiempo. A mi, la losa se me hace muy pesada, y aunque mi entorno sabe que suelo ser un optimista impenitente, desde ayer se me acumula el desánimo, la decepción y la indignación.
Yo no puedo entender que pasaba ayer por las cabezas de los 180 miembros del Consejo Político Federal cuando alegremente refrendaron lo que va a ser una controvertida decisión.. No puedo explicarme que no haya habido gente capaz de hablar con Willy Meyer y decirle que sus dos periodos ya se han consumido, que le toca dejar paso a gente nueva. No se si los representantes de Andalucía han apoyado a Meyer en bloque en defensa de un provincianismo estúpido, o si realmente le ven como el mejor candidato posible. Se me escapa como ha aparecido Paloma López cuyo mérito consiste en ser miembro de la prestigiosa cúpula de CCOO, en las listas.
No se qué favores y componendas se pagan, que pactos se han urdido, cuantos sapos se ha tragado qué gente para evitar qué males mayores. Lo que sé es que como militante, siento que me han tomado el pelo, que han tomado decisiones a mis espaldas, que me han ignorado, y que además he sido tan ingenuo que no me he dado cuenta hasta que no me han hecho el jaque mate y se me ha quedado esta cara de tonto. Sospecho que es la misma cara de tonto que tienen ahora mismo muchos miles de militantes como yo, militantes a los que nuestros líderes pedirán un esfuerzo una vez más, para que se dejen la piel en una campaña electoral más, poniendo esfuerzo y dinero de sus bolsillos, y con la losa añadida de una decisión incomprensible, previsiblemente nefasta, a nuestras espaldas.
Quién me lea sabe que he sido moderadamente crítico con Pablo Iglesias y su "Podemos", y así lo he expresado en este mismo blog. Pero desde ayer no dejo de pensar que su diagnóstico de los defectos organizativos de IU era mucho más atinado que mis voluntaristas puntos de vista. IU se encaminaba a una decisión torpe, autista y ensimismada en un asunto tan importante como este, y en un momento tan importante como este. Pablo parece que nos está queriendo hacer ver a muchos lo que no queremos admitir, y aunque este de la candidatura es solo un aspecto más, y aunque su propuesta tiene puntos débiles inmensos, es de justicia concederle la razón en este caso, y me obliga a concederle una oportunidad que hasta ayer no pensaba darle.
En resumen, a estas alturas del partido no tengo claro si me uniré al grupo de los que se repondrán a la decepción y sacarán fuerzas de flaqueza para pegar carteles, hacer campaña y ser interventor. Es posible, porque soy de los que opinan, como Marcelino Camacho dijo, que cuando te caes tienes que levantarte y ponerte en marcha de nuevo, y eso supongo que aplica a cuando la zancadilla te la han puesto los tuyos.
Lo que si os rogaría a todos los apologetas del desastre de ayer, es que intentéis dejaros de quitar hierro y minimizar los puntos débiles de nuestra recién nacida candidatura, y os centreis en montar una argumentación fuerte, sólida, ilusionante y movilizadora que haga a miles de militantes dar el do de pecho en la campaña, y saque de sus casas en mayo a millones de personas a votar a la lista Meyer-López Con escusas y males menores no se va a una campaña a cara de perro, ni se nos aliviará el peso que ayer algunos cargasteis a nuestras espaldas.
Permitidme un preámbulo un poco extraño. Confesaré que tengo por costumbre dormirme con la televisión encendida de fondo, con el temporizador puesto para que se apague sola. Como programa elegido a modo de sedante, elijo frecuentemente algún documental, quizás porque escuchándolo mi mente divaga, lo que me lleva relajadamente al sueño. Una manía.
La cosa se pone más rara si os cuento que de entre los documentales que elijo, mis favoritos son cualquiera que tenga que ver con extraterrestres, fantasmas, esoterismo, seres de leyenda cuya existencia se quiere demostrar, y cosas similares. Hay algo en ellos que me resulta de lo más relajante, y me adormezco entre sesudas demostraciones de la innegable influencia de los extraterrestres en el devenir de la historia, testimonios de gente que juran haber visto un "yeti" en Connecticut, o detalles de como se mide la actividad parapsicológica en una casa "embrujada", con la ayuda combinada de la más moderna tecnología, junto a los oficios de un medium de los de toda la vida. A nadie extrañará por tanto que mis noches de los domingos acaben siempre con Cuarto Milenio, el programa de Cuatro que hace de todas estas historias su tema central.
Sigue Pablo Iglesias embarcado en su proyecto, y no me encuentro yo en posición de juzgar si la cosa va bien, mal o regular, pero si que me da para sacar conclusiones adicionales a las que expresaba recientemente (Un par de apuntes particulares sobre IU y Podemos).
En primer lugar, Pablo es un orador estupendo en frente de los medios. Como directivo intermedioen mi empresa, ya he pasado por los típicos cursos de formación al respecto de como hacer presentaciones de cara al público y veo reflejados en Pablo muchos de los consejos recibidos. Pero es que además Pablo es de esa gente que se siente cómodo y que conecta con las audiencias. Si ser candidato es un oficio, hay que reconocer que Pablo está muy preparado, y no sería yo el que lamentara si acabara siendo cabeza de un cartel al que pudiera dar mi voto.
En segundo lugar, me congratulo como, pese a la reacción parcialmente virulenta de algunos colegas de IU que han pasado a convertir a Pablo en un enemigo público, el mantiene un tono cordial hacia nuestra formación, muy de agradecer. Si de esto puede salir algo bueno, será porque no habremos convertido su iniciativa en ningún tipo de enfrentamiento.
En tercer lugar, debo decir que le doy la razón al 100% al respecto de apelar a los sentimientos de la gente y no solo a la racionalidad. Nos gustará o no nos gustará, pero es cierto y está más que estudiado por las empresas de marketing que vende mucho más y moviliza mucho más esas apelaciones a nuestra parte más emocional que lo que es puro argumento racional. Ya me gustaría que no fuera así, pero no vamos a triunfar a base de negar la realidad, y como Pablo bien dice, dejar la emotividad a los populismos fascistas es un enorme desperdicio y una enorme estupidez.
En cuarto lugar, constato que la apuesta de Pablo y los suyos podrá funcionar o no, pero se me antoja imprescindible para intentar romper el bloqueo del 15% al que IU, y la izquierda tradicional parece encuentrarse condenada después del desgaste que supone las campañas de descrédito masivo a las que se somete a la población contra nuestra formación. Si Pablo y los suyos consiguen movilizar a los despolitizados, puristas de pequeñas izquierdas verdaderas, indignados perdidos y gentes desorientadas varias, y los ponen en marcha hacia una alternativa de cambio, nos habrán dado el empujón que puede hacer cambiar las cosas. Apelan a esta gente que nunca votaría a IU porque somos unos vendidos socialdemócratas, o porque somos unos rojos extremistas, o porque somos unos corruptos mezclados con los ERE y los sindicatos, o porque apoyamos al PSOE en Andalucía, o porque apoyamos al PP en Extremadura, etc, etc. Esa gente tiene demasiados prejuicios y es muy difícil que se unan a nosotros directamente.
Y creo que algún éxito tienen, porque los pseudogrillistas del Partido X parecen considerarles casi de los suyos, los puristas de IZAN están dispuestos a renunciar a su programa de máximos, la marca blanca de los verdes europeos asumen que se parecen a ellos con lo de las primarias, y en general sospecho que muchos verán en la iniciativa una posibilidad de formar parte de algo en lo que no sean los enanos al lado del gigante organizativo y electoral que es IU.
Así pues, por mi parte les deseo el máximo éxito, y desde nuestra orilla en IU espero que sean capaces de aglutinar a toda esa amalgama de gente y consiga que contribuyan con su esfuerzo al objetivo final de Pablo, que sigo pensando que no se diferencia en nada del mío mismo.
¿Como no dejar en este blog, para la posteridad (y para esa docena y media de personas que se pasan por aquí cada día) mi propia opinión al respecto de "Podemos"? Lo resumo en unos puntos
Nos guste más o menos la propuesta, espero que sepamos darnos cuenta que esto es una discusión "entre amigos" y que los enemigos están por ahí fuera. Lo digo como petición a los dos bandos, porque en el calor del debate uno acaba afilando las críticas y terminamos perdiendo todos.
Me gustaría también que intentemos no buscar malas intenciones en las propuestas de los otros. Ni creo que Pablo y los suyos estén conchabados para dinamitar las buenas expectativas de IU, ni es aceptable que se acuse a IU, sus afiliados y su dirección, de buscar tan solo una poltrona y de ser defensores del sistema. Con nuestras buenas o malas decisiones, IU ha venido siendo el nucleo de la resistencia al neoliberalismo, incluso cuando nuestra consecuencia política nos ha llevado en determinados momentos a la casi total marginalidad electoral.
A mi entender, Pablo y los suyos ponen encima de la mesa algo que no podemos negar, y es que solo unos pocos de los que abandonan el bipartidismo son recogidos electoralmente por IU. Estoy de acuerdo con quienes dicen (mi mujer lleva diciéndomelo hace mucho) que es difícil que el lenguaje y formas políticas tradicionales sean efectivos hacia gente que ha sido mediatizada por el sistema y que tiene una prevención, inculcada machaconamente y profundamente enraizada, hacia esos rojos, utópicos, irrealistas, irresponsables, anti-sistema, estalinistas y en general peligrosos. No reaccionar de forma suficientemente contundente ante este hecho y acomodarnos a lo de toda la vida es irresponsable.
Sin embargo, Pablo y los suyos deberán ser humildemente conscientes de que incluso con todo el aparato propagandistico del sistema en nuestra contra, nuestra fórmula da en este momento para movilizar a entre un 15 y un 20% del electorado (según mis propios cálculos), mientras la suya está respaldada por gente que hasta la fecha ha resultado quizás ideológicamente muy potente, pero electoralmente irrisoria.
Existe una masa de gente que debería estar dispuesta a sumarse a una propuesta transformadora, pero está por demostrar que lanzándonos a la aventura "Podemos" se consiga movilizar a un número relevante de esta gente. Es posible también que asumiendo todos la nueva propuesta acabemos peor de donde estamos ahora (el éxito siempre se ve muy claro cuando uno empieza un proyecto). No niego el atractivo y el acuerdo con mucho de lo que se dice, pero la nueva formula no es más que una propuesta más que aún no cuenta con ningún refrendo ni garantía de éxito.
Así pues, tengan o no tengan razón, parece osado presentarse como un recién llegado y reclamar la dirección de la nave como el Mesías del atribulado pueblo de la izquierda. Lo lógico sería quizás empezar lo de los círculos "Podemos", aglutinar fuerzas (lo de las firmas por internet es mucho más facil que montar un organización) y demostrarnos a todos que esta es la vía buena, en lugar de usar el potencial mediático de Pablo para pasar por encima de todo debate. Es verdad que tratar de convencer a una mayoría puede resultar poco efectivo para el objetivo final, pero es que los atajos son tan tentadores como peligrosos.
Resumiendo: mi mensaje a todas las partes: respeto, humildad y flexibilidad. Todos sabemos que nos jugamos mucho.
Los gráficos de hoy nos dejan bien a las claras cual es el motivo del déficit público español. Como podemos ver, el argumento de que tenemos un exceso de gasto que no nos podemos permitir, excusa utilizada para la política de recortes, resulta radicalmente falso.