
LA LIBERACIÓN DEL ALMA
Para alcanzar la meditación más profunda no solo debes tener la habilidad de enfocar completamente tu conciencia en un único objeto, sino que debes tener la habilidad de hacer que dicho objeto sea la conciencia misma. En el estado más elevado de meditación, el foco de la conciencia se dirige sobre sí misma, es decir, sobre Ti Mismo.
Cuando contemplas la naturaleza de Ti Mismo, estás meditando. Por eso la meditación es el estado más elevado, porque es el retorno a la raíz de tu ser, a la simple conciencia de darte cuenta de que te das cuenta. En cuanto te das cuenta de la conciencia misma, alcanzas un estado totalmente diferente: ahora te das cuenta de quién eres. Te has convertido en un ser despierto. En realidad, eso es la cosa más natural del mundo. ¡Heme aquí!
Aquí estoy y aquí he estado siempre. Es como si hubieras estado en el sofá viendo la televisión tan totalmente inmerso en el programa que te olvidaste de quién eras y dónde estabas. Alguien te ha dado una sacudida y súbitamente recuperas la conciencia de que estás sentado en el sofá viendo la televisión. No ha cambiado nada, solo la conciencia de ti mismo. Simplemente has dejado de proyectar tu sentido del yo sobre ese objeto de conciencia en particular que era la televisión. Entonces has despertado. Eso es la espiritualidad. Esa es la naturaleza de Ti Mismo. Eso es quien tú eres.
En cuanto recuperas la conciencia de Ti Mismo, este mundo deja de ser un problema. Simplemente es algo que estás observando. El mundo cambia sin cesar, pero eso no representa ningún problema para ti. Cuanto más dispuesto estés a dejar que el mundo sea algo de lo que simplemente de das cuenta, más te permitirá el mundo que seas tú quien eres: la conciencia, el Sí Mismo, El Atman, el Alma.
Entonces te das cuenta de que no eres quien pensabas. Ni siquiera eres un ser humano. Lo que sucede es que simplemente estás observando a un ser humano. Instalado en tu propio centro de conciencia, empezarás a tener experiencias profundas. Serán experiencias profundas e intuitivas de la verdadera naturaleza de Ti Mismo. Descubrirás que eres inmensamente amplio. Cuando empieces a explorar la conciencia en vez de quedarte atrapado meramente en la forma, te darás cuenta de que tu conciencia parece pequeña y limitada, debido solamente a que la enfocas en objetos pequeños y limitados. Eso es exactamente lo que sucede cuando te enfocas exclusivamente en la televisión: no hay nada más en tu mundo que lo que aparece en la televisión. Pero si tomas distancia y retornas a la conciencia de Ti Mismo, además del aparato de televisión y el programa que emite, puedes verte a ti mismo y también toda la habitación. De igual modo, en lugar de enfocarte tan concentrada y limitadamente en los pensamientos, las emociones y el mundo sensorial de este ser humano particular que encarnas, puedes dar un paso atrás y verlo todo a la vez. Puedes pasar de lo finito a lo infinito. ¿No es acaso esto lo que han estado tratando de decirnos Cristo, Buda y todos los grandes santos y sabios de todos los tiempos y de todas las religiones?

Una de esos grandes santos, Ramana Maharshi, solía preguntar: "¿Quién soy yo?" Ahora nos damos cuenta de que esta es una pregunta muy profunda en realidad. Plantéatela sin cesar, constantemente. Pregúntatela y te darás cuenta de que tú eres la respuesta. No hay respuesta intelectual posible: la respuesta eres tú. Sé la respuesta y todo cambiará.
La liberación del alma
(Michael A. Singer)

José Luis San Miguel de Pablos, geólogo y doctor en filosofía
Nunca he entendido del todo eso del ser o no ser...
Es que tiene su miga. El ser está detrás del pensar,como lo está un dolor de muelas: el sentir. El ser es el testigo de cualquier experiencia.
El sentir depende del sistema nervioso.
Organiza, centra, focaliza la consciencia pero es muy probable que no la produzca. Filosóficamente defiendo que la consciencia es una propiedad del universo.
Alma, ¿es un sinónimo de consciencia?
Sí. Yo no creo que el alma sea una sustancia etérea que entra y sale del cuerpo. Hay que darse cuenta de la enorme importancia que tiene "ser" en este sentido hamletiano y espiritual básico. Si no te enteras del dolor, del goce, la duda... no hay nada.
Otro de sus temas es el estudio de la teoría de Gaia. ¿La tierra tiene consciencia?
Según esta hipótesis de James Lovelock y que secundó la prestigiosa bióloga Lynn Margulis, la tierra es una realidad viva y autoorganizada. La gran cuestión es si ahí puede haber una consciencia global.
¿Usted qué cree?
Que la consciencia es básica en el universo, que no es algo que emerge con la evolución. La consciencia es la base de todo, pero el materialismo filosófico nos ha llevado a creer que es irrelevante. Para Descartes los animales eran máquinas.
Hoy ya sabemos que no lo son.
...Pero nos ha costado mucho saberlo y se les ha infligido e inflige mucho sufrimiento debido a esa creencia. Todavía legalmente los animales son cosas, no seres. El materialismo ha machacado a los animales y ha degradado profundamente a los humanos.
Y ha ninguneado la consciencia...
Si, desde hace más de dos siglos. Hoy tenemos la tecnociencia que es poder, pero también es pérdida de sabiduría.
Defíname sabiduría.
Darse cuenta de lo esencial.
Por fin sé lo que es la sabiduría.
Pues hemos ido perdiendo pie en lo esencial de una manera tremenda. La conciencia, al no ser un objeto, no podía ser estudiada científicamente y se ha considerado algo místico, irrelevante, lo que equivale a considerar a los seres humanos no científicos, místicos e irrelevantes.
¿Y qué produce esa manera de pensar?
La deshumanización en el doble sentido: el de perder contacto con nuestra esencia, y el de dejar de ser humanos, es decir buena gente, porque si tú no valoras la conciencia del otro, si el otro es una especie de máquina, un amasijo de fluidos orgánicos y de cromosomas... ¿a ti qué te importa el otro?
Igual no es tan extremo el tema.
Los animales están considerados eso, pero ahí toparíamos con la autoconciencia.
Perdone pero primates, delfines, elefantes y hasta cuervos la tienen.
Y ahora han concluido que también los pulpos y los calamares. Sí, aunque nos los comamos deberíamos reconocer que ahí hay otro ser. Las tribus primitivas se los comen, pero antes les piden perdón.
No sé si es un consuelo...
El animal es la primera víctima propiciatoria del materialismo filosófico y por extensión el humano.
El "todo es materia" ya no se sostiene científicamente.
Pero nos quedamos con la idea de que todo lo que no es tangible es despreciable. El materialismo ve la conciencia como una ilusión de nuestra mente, pero si es un autoengaño, ¿quién se autoengaña? Es una teoría tan contradictoria que es increíble que se le de beligerancia.
¿Y por qué ha triunfado tanto?
Porque simplifica mucho, ha sido útil para desarrollar una ciencia material que ha conducido a la tecnología, y algo muy importante: elimina muchos problemas éticos.
¿De qué tipo?
Descartes le fue muy útil a la iglesia católica y al poder porque esa teoría permitió desposeer de alma a grupos humanos (indígenas, negros, mujeres, judíos). Desde el siglo XVII la gran mayoría de humanos eran cosas y solo algunos privilegiados tenían alma.
Entiendo.
Si nos damos cuenta de que somos consciencia, cuando conectamos con otro ser por la vía de la afectividad, del amor y la comunicación empática, tenemos la evidencia de que "el otro" también es un ser.
¿Y ser consciente de la consciencia varía algo?
Nuestro comportamiento. Y eso tiene una aplicación en la sociedad y en la política: no se puede estar en un capitalismo egoísta e individualista a ultranza si tienes en cuenta que el ser es lo que nos une a todos.
Sin categorías humanas, sin vips.
Un aislamiento psicológico basado en el tener, en el dinero, no te puede permitir ser feliz, porque la felicidad es compartir, conectar con los otros. La felicidad colectiva es la única felicidad posible.
¿Y si no?
Zombis, robots biológicos sin interioridad ni consciencia. No somos eso, por mucho que lo diga el sistema neocapitalista y los materialistas, aunque sean de izquierdas.
IMA SANCHÍS
(La Contra de La Vanguardia)

Si quieres ser un buen jugador de fútbol, tienes que entrenar mucho. Si quieres ser un buen guitarrista, tienes que tomar clases, practicar diligentemente y lograr un buen contrato. En resumen, muchas cosas en la vida requieren esfuerzo de nuestra parte para que podamos lograr algo. Con la 'iluminación', sin embargo, esto funciona de manera diferente.
¡Tú no tienes que 'hacer' nada para iluminarte!
No tienes que aplicar ningún método.
No tienes que aprender ninguna técnica.
No tienes que meditar.
No tienes que comer como vegetariano.
No tienes que ir a la India.
No tienes que adorar a ningún gurú.
No tienes que vestirte en forma especial.
No tienes que tomar ningún curso.
No tienes que pasar a través de un renacimiento.
No tienes que estar al pendiente de tu respiración.
No tienes que cambiarte a ti mismo.
No tienes que ser espiritual.
No tienes que limpiar tus chakras.
Ni siquiera tienes que leer libros.
Bueno... excepto este, por supuesto, pero una vez que lo termines, puedes tirarlo a la basura.
Paul Smit

A la mente le encanta la idea de la iluminación como una especie de lugar distante, casi inalcanzable, de perfecta felicidad permanente, libre de sufrimiento y lleno de omnisciencia, omnipresencia y muchas otras importantes 'omnis'. Y, por supuesto, como toda esta gloria y distinción tiene que ser alcanzada, parece que tiene que ser un largo recorrido a través de la oscura noche del alma, interminables karmas pasados, pecado original, correcto pensamiento, correcta acción y preparación para los bardos. "Es un cuento narrado por un tonto, lleno de ruido y furor, que no significa nada."
Tony Parsons

Lo que es, es lo que es.
La naturaleza de lo que es permanece como lo que es y, sin embargo, en apariencia “lo que es” parece estar cambiando siempre.
En otras palabras, lo que es, es la base de lo que parece ser. Lo que parece ser es lo que podemos describir como “apariencia”.
Un espejismo es una apariencia de agua donde no hay agua real.
Parece haber una incursión infinita de interminables detalles en la apariencia. Coge un microscopio y mira los detalles de las células en una hoja. Miles de células cada una conteniendo millones de aparentes partes y cada parte juega un papel en la vida de la célula. La complejidad de una célula es incalculable, excepto en términos de descripciones limitadas. Podemos creer que entendemos cómo las células transforman la luz en energía utilizable para la planta o el árbol, pero el milagro de tales detalles es una maravilla más allá de la capacidad del intelecto. ¿Qué tipo de inteligencia está en juego?
El universo está lleno de ejemplos de inteligencia en acción. Perderse en detalles no nos acerca a la comprensión completa de la seidad de lo que es.
Lo que es, no es lo que fue o lo que será. Lo que es, no está limitado a ningún ámbito del tiempo.
Como los momentos del tiempo “parecen” pasar, todas las aparentes partes de lo que llamamos “cosas vivas” y todas las partes de las cosas inanimadas están en incesante movimiento. “La apariencia” es energía expresada COMO la apariencia de la forma. Toda la miríada de formas son una energía expresándose en la inmediatez. Lo que es, es esta inmediatez. Lo que fue, está muerto y se ha ido. Lo que será, no ha sucedido. El llamado “filo de la navaja” está más allá de la mente dualística.
Todo el universo se mueve en esta inmediatez, en este filo de la navaja y en realidad no es nada sino vacio.
Todas las filosofías y religiones y enseñanzas están limitadas por el tiempo y en esencia, no son nada más que “apariencia”, simples patrones en medio del infinito patrón, este uno sin un segundo.
-Gilbert Schultz

Rupert Spira: Una manera de describir la meditación sería decir que es como dormirse pero permaneciendo despierto. Por la noche cuando nos acostamos, simple y gradualmente dejamos partir todo; dejamos que el mundo nos deje, dejamos que el cuerpo nos deje y entramos en el estado de sueños que son simplemente pensamientos e imágenes.
De hecho, no entramos en el estado de sueño sino que el mundo y el cuerpo nos dejan, y tan sólo pensamientos e imágenes permanecen. El pensamiento malinterpreta esto como el estado de sueño y, al cabo de un tiempo, los pensamientos y las imágenes también nos dejan y tan sólo nuestro ser esencial permanece.
Ésta es la esencia de la meditación: Permitir que todo lo que pueda partir se vaya, abandonar todo lo que se puede abandonar —pensamientos, imágenes, percepciones, sentimientos— y aquello que permanece es nuestro ser esencial. Todo aquello que realmente hemos anhelado en nuestra vida reside verdaderamente allí. Así que, ahora, duérmete mientras permaneces despierto.
Esto es lo que quería decir Ramana Maharsi cuando dijo "sé lo que eres". Sé, conscientemente, esta presencia de consciencia abierta y vacía que es inherentemente libre de pensamientos, sensaciones y percepciones.
No hay ninguna necesidad de deshacerse de los pensamientos, sensaciones y percepciones; simplemente ve que no los necesitas. Ellos te necesitan a ti, pero tú no los necesitas. La imagen necesita la pantalla, pero la pantalla no necesita la imagen.
El pensamiento nos dice que somos una entidad que pasa del estado de vigilia al estado de sueño, y del estado de sueño al estado de sueño profundo. Esto no es cierto; somos esta presencia consciente eternamente abierta y despierta que jamás cesa de ser y de conocerse a sí misma.
De vez en cuando, toma la forma de pensamientos e imágenes y el pensamiento etiqueta esto como el estado de sueños. De vez en cuando, toma la forma de sensaciones y percepciones y el pensamiento etiqueta esto como el estado de vigilia. En ningún momento la consciencia se mueve a través de los estados, sino que los estados se mueven en la presencia consciente y no la presencia consciente en los estados.
No nos despertamos en el mundo, es el mundo que despierta en nosotros. Es el mundo que se duerme y desaparece durante la noche, mientras que nosotros permanecemos eternamente despiertos; nosotros, yo, presencia consciente.
¿Por qué buscamos dormir por la noche? Porque existimos allí de manera pacífica y feliz, sin pensamientos, sentimientos, sensaciones, ni percepciones. Cada noche experimentamos el hecho de que existimos perfectamente bien sin la mente, el cuerpo y el mundo.
No tenemos que dormirnos para experimentar esto. No tenemos que apagar la película para darnos cuenta que la pantalla es inherentemente libre de las imágenes que aparecen en ella. La pantalla es libre, aparezcan o no las imágenes en ella. No necesitamos dormirnos para experimentar la inherente libertad de nuestro propio ser. Nuestro propio ser está brillando y resplandeciendo en el corazón de la experiencia veinticuatro horas al día siete días de la semana. Pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones fluyen a través de nosotros sin dejar traza alguna.
Nada puede realmente tocarnos, aunque nosotros tocamos íntimamente todas las cosas. Nada puede verdaderamente dañar nuestro ser más profundo. Mantente en contacto con tu ser esencial, no es difícil. Es como no perder de vista la pantalla mientras dura la película. La pantalla no está escondida en algún lugar en la película, sino que está resplandeciendo a plena vista.
De la misma manera, nuestro ser esencial no está escondido en el cuerpo o la mente, sino que está justo en la superficie de toda experiencia, resplandeciendo a plena luz.
No pases por alto tu ser esencial. Permanece con él, haz de él tu morada en vez de hacerla en pensamientos y sentimientos. Deja que pensamientos y sentimientos habiten en ti, pero tú no habites en ellos.
Ved que cuando empezamos nuestro diálogo no hay nada que realmente cambie. No es que acabe la meditación y empiece la conversación, la verdadera meditación es ser conscientemente la presencia de la consciencia y somos siempre esa presencia de la consciencia. En otras palabras, la meditación es lo que somos, no algo que hacemos.
Puede haber meditación con diálogo o meditación sin diálogo; puede haber pantalla con imagen o sin imagen. Para la pantalla no hay diferencia alguna en que haya imagen o no. En nuestro caso, el único propósito de la imagen es apuntar hacia la pantalla, de la misma manera que el único propósito de nuestro diálogo es apuntar hacia nuestra naturaleza esencial; y después realinear la mente, el cuerpo y el mundo con nuestro ser esencial.
Tan sólo es un ser separado el que entra y sale de la meditación. De la misma manera es sólo desde el punto de vista del ser separado que entramos y salimos de los tres estados: Vigilia, sueños y sueño profundo. Desde el punto de vista de la consciencia, que es el único punto de vista real, ni entramos ni salimos de la meditación y ni entramos ni salimos de los tres estados: Vigilia, sueños y sueño profundo.

Era un apacible día luminoso, de esos que se suceden en la India. Estaban paseando por el bosque un abuelo y su nieto. El niño gozaba del espiritu del buscador, de aquél que quiere hallar respuestas a los grandes misterios de la existencia.
De repente, dijo:
- Abuelo, ¿qué sucede cuando el cuerpo muere?
La voz cansada pero cariñosa del abuelo, dijo:
- Mi querido nieto, el cuerpo muere, pero el ser (sí-mismo) nunca muere. Él está en tí y en mí y en todos los seres, pero es también el ser de todo el universo. Es la esencia sutil que todo lo anima.
- Abuelo, perdona, pero no termino de comprender lo que quieres decirme – replicó con respeto el jovencito.
En el perfecto silencio del bosque, el abuelo y el nieto siguieron paseando.
De pronto, el abuelo dijo:
- Ve hasta aquel árbol y coge un fruto de sus ramas.
El niñito fue hasta el árbol y cogió uno de sus frutos. Luego volvió hasta su abuelo y se lo mostró.
El anciano dijo:
- Ahora quita la cáscara a ese fruto y dime qué ves.
- El fruto, abuelo.
- Abre el fruto. ¿Qué ves?
- Granos, abuelo.
- Coge un grano y ábrelo. ¿Qué ves?
- Minúsculos granitos, abuelo.
- Abre uno. ¿Qué ves ahora?
- Abuelo, nada. No hay nada dentro.
Y el abuelo explicó:
- Esa esencia sutil que tus ojos no pueden ver, querido mío, esa esencia sutil es el ser. Mantiene en pie al gran árbol. Nos mantiene vivos a ti y a mí, como hace que el fuego arda y el río fluya. No ves esa esencia sutil, pero está ahí.
El niño sonrió satisfecho, agarrándose a la mano caliente de su abuelo. El anciano y el muchachito siguieron caminando por el bosque.
Fuente: un pasaje de los Upanishads encontrado en el libro “Cuentos espirituales de la India” de Ramiro A. Calle
Artículo extraído de http://sloyu.com/blog/blog/2014/03/21/esencia-sutil-ser/


COMPETIR
2 Nov 2013 5:33 AM (11 years ago)

El Tao Te Ching ofrece un punto de vista distinto y excepcional sobre la competición, tal como hace con todo lo demás. Si sigues el Camino de la competición, te volverás mejor competidor y serás una persona más feliz, por más que estas dos cosas no suelan ir de la mano. ¿Por qué? Porque la competición de alto nivel siempre exige férrea disciplina y absoluta dedicación, normalmente durante muchos años seguidos. Esto no suena muy parecido a jugar, y a menudo se traduce en trabajar duro sin desfallecer. Esto, a su vez, puede tener el efecto de aislar en lo personal y de debilitar en lo social a los competidores, robándoles una vida «normal» y convirtiéndolos en seres en pos de una ambición pero infelices. Y cuando no eres feliz, incluso la victoria sabe a poco. ¿cómo lo remedia el Tao? De la manera acostumbrada: enseñándonos a competir con un espíritu de juego y, más allá de esto, a competir mediante la no competición; es decir, compitiendo con nosotros mismos en lugar de hacerlo contra los demás.

Lou Marinoff
(El Poder Del Tao)

Simplemente siéntate sin hacer nada.
Al principio será muy difícil, la cosa MÁS difícil del mundo al empezar. Al final, la más sencilla.
Es tan fácil que por eso es tan difícil.
Si le dices a alguien que simplemente se siente y no haga nada, se pondrá nervioso; empezará a sentir hormigas subiéndole por las piernas o que le está pasando algo en el cuerpo.
Se inquieta mucho, porque siempre se ha mantenido ocupado. Es como un coche con el contacto encendido y el motor sonando, a pesar de que no va a ir a ninguna parte. El motor ruge y se calienta más y más.
Se te ha olvidado cómo desconectar la ignición.
En eso consiste la meditación: el arte de quitar el encendido.
Osho
(Meditación)

"Sé el cambio que quieres ver..."
Mahatma Gandhi
Es muy fácil quedar atrapado en las historias mentales acerca de qué es lo que está mal con el mundo. Una vez que te metes en ese camino, te das cuenta que hay millones de cuentos que contar. La mente es genial a la hora de reunir cualquier evidencia que indique que la vida es una mierda y que mañana estará peor.
Nos han enseñado a creer que el cambio vendrá como resultado de enfocarnos en, y resistir lo "malo", lo "injusto", lo "incorrecto" que hay en el mundo. Imaginamos que, con el fin de que se dé una sanación primero debemos ver un gran problema. Y que si no vemos ningún problema, es porque nos estamos engañando y entonces debemos crear uno. Necesitamos algo en qué ocuparnos, ¿o no? Necesitamos imaginar un futuro. O al menos eso es lo que nos dicen.
¿Qué pasaría si en realidad no hay ningún problema? ¿Qué pasaría si no hay errores en este momento? ¿Qué pasaría si ninguna escena de alguna película, sin importar lo dolorosa o fuerte o "problemática" que fuera tuviera la capacidad de estropear o descomponer la película? ¿Qué pasaría si dejáramos de quejarnos o de pelear en contra o de resistir lo que está "mal" en los demás, en la economía, en el ambiente, en nuestros gobiernos, y así sucesivamente? ¿Qué pasaría si, en lugar de tratar de cambiar a los demás y al mundo, en lugar de estar peleando en contra de lo que creemos que está "mal", esperando a que otros nos hagan felices e íntegros, trascendemos ese juego del "bien vs. el mal" y realmente empezáramos a vivir nuestro propio cambio, de manera alegre y sin tener que mirar atrás?
¿Qué pasaría si, antes de intentar cambiar el mundo primero honramos la perfección inherente de la vida tal y como realmente es? ¿Qué tal si, en lugar de estar comparando qué tan horrenda es la vida ahora con cómo debería ser "algún día" nos diéramos cuenta que todo está en su justo lugar, incluyendo la injusticia, el dolor, la pena, la crueldad y la percepción de los "problemas"?
¿Qué tal si, tan sólo por un momento, dejáramos de jugar a ser Dios, renunciando a controlar lo incontrolable y honráramos la apariencia actual de la vida, la manifestación de este momento, exactamente como es? ¿Qué pasaría si, tan sólo por un instante, confiáramos en el movimiento de la vida, no en las imágenes ni tampoco en los ideales? ¿Qué pasaría si decimos SÍ a la forma en como las cosas están ahora?
¿Acaso eso sería renunciar al cambio? ¿O sería más bien el inicio de una verdadera transformación?
¿En realidad tenemos la necesidad de venir desde un lugar de ira, de resentimiento, de amargura y frustración para lograr cambios saludables? ¿Realmente necesitamos decir NO a la vida? ¿No es de ahí precisamente de donde vino la miseria, en primer lugar?
¿Podríamos, en cambio, venir desde un lugar de total alineación con cómo son las cosas? ¿Podría nuestra voluntad de cambiar al mundo provenir desde el SÍ a todas las cosas, un SÍ al actual ritmo del cambio, un SÍ a todo eso que parece meterse en nuestro camino (¿el camino de quién?), un SÍ a cualquier frustración e incluso a la decepción que podría llegar a visitarnos dentro de la escena presente, y un alegre y juguetón SÍ en constante expansión hacia cualquier posibilidad?
¿Podrías vivir tu verdad, en lugar de esperar a que los demás la vivan? ¿Podrías forjarte tu propio camino, sin tener la expectativa, ni demandarle a otros que te sigan? ¿Podrías "buscar tu felicidad" (no en el camino de alguien más, sino dentro de tu propia alegría, en aquello que te hace sentir vivo) como Joseph Campbell dijo, sin esperar a que los demás estén de acuerdo contigo, o que te aprueben o incluso te tomen en cuenta? Y tal vez lleguen a hacerlo, o no, cuando vean cómo tu propia realidad trabaja para ti, cómo la estás viviendo, cómo es que te llenas de vida y que no estás sólo hablando o predicando sobre la "verdad" desde un lugar completamente falso. Quizás tu alegre transformación será lo más atractivo para ellos. Mucho más atractiva que cualquier discurso, mucho más atractiva que el simple hecho de decirle a alguien cómo debe vivir, cómo debe pensar y cómo debe sentir. Tal vez puedas enseñar a través de tu vivo entusiasmo y no desde tus palabras.
Vive tu verdad sin caer en la tentación de disculparte y ¡deja de intentar cambiar al mundo! Salte del camino, déjate llevar por la profunda aceptación de este momento completamente vivo, y el mundo cambiará por completo para ti, a veces lo hará con formas muy sutiles, que apenas se notan y otras en formas grandiosas. A nivel relativo celebras cualquier cambio o la falta de cambio y te deleitas jugando y descubriendo, y en un nivel más profundo, eres cósmicamente intocable por todo esto, ya que eres la vida misma y porque siempre has sabido que todo ha sido perfecto.
La mente nunca ha estado a cargo del cambio.
Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)

Sea cual sea el tema que se debate en una sesión, parece como si Maharaj procurara que el debate se ciñiera a la línea correcta de argumentación. Y cada vez que alguien formula una pregunta irrelevante, Maharaj la desecha, con firmeza pero con delicadeza, para volver a llevar la discusión al tema original.
Pero a veces Maharaj tiene que salir de la sala brevemente para algún asunto, y en uno de esos breves intervalos alguien se puso a hablar de cierto político que había aparecido de manera destacada aquella mañana en la prensa. La persona dijo que conocía en persona al político y que éste era un déspota engreído. Otra persona intervino al momento, contradiciendo al que acababa de hablar y afirmando que el hombre en cuestión era un perfecto caballero y que hablar mal de él era una calumnia. Cuando estaba a punto de entablarse una discusión entre los dos, regresó Maharaj y los dos guardaron silencio.
Sin embargo, Maharaj advirtió el silencio repentino y preguntó qué había pasado. Cuando le refirienron las opiniones contrapuestas, aquello le pareció muy divertido. Se quedó sentado en silencio durante unos momentos y después empezó a hablar. «¿Por qué esta diferencia de opiniones?» preguntó. Se debía a que la formación de la opinión se realizaba desde un punto de vista individual, y no desde una percepción integral. Ambas imágenes de una misma persona habían surgido en la imaginación de los espectadores; ambas eran por entero creaciones mentales suyas, sin relación esencial con el objeto, es decir, con la persona a la cual se suponía que se referían. Maharaj dijo que la creación de estas imágenes se debía al funcionamiento de la discriminación dualista: el «yo» y el «otro». Esto es, en efecto, lo que puede llamarse pecado original; esta dualidad (el «yo» y el «otro») es la esclavitud. Y si existe algo semejante a la liberación (en esencia no existe ningún individuo que esté esclavizado), se trata, en efecto, de la liberación de este concepto del «yo» y del «otro». Lo que es necesario -dijo Maharaj- es dejar de hacer juicios conceptuales precipitados de las cosas comno objetos, y volver nuestra atención hacia la fuente subjetiva. Nos pidió que «revirtiéramos» nuestra atención, que volviésemos al estado de la primera infancia, que pensásemos incluso en lo que éramos antes de que naciera este complejo cuerpo-mente, para que dejásemos de conceptualizar constantemente sobre los demás y de enredarnos en simples imágenes mentales..

Llegado este punto, un visitante dijo: «si, Maharaj, veo claramente lo que quieres decir. Pero ¿cómo apartarnos de esta conceptualización continua, que parece ser la trama y la urdimbre misma de nuestra vida consciente?»
Maharaj miró fijamente al que había hecho la pregunta y, casi antes que hubieran terminado de traducírsela al marathi, comentó: «¡Tonterias! No es posible que me hayas entendido en absoluto. Si me hubieras entendido no te surgiría esa pregunta».
Explicó a continuación el proceso de la objetivación. Todo lo que perciben tus sentidos y los que interpreta tu mente en una apariencia en la consciencia, extendida en el espacio-tiempo y objetivada en un mundo que el objeto cognoscente (es decir, tú) considera separado de sí mismo. Y en esto estriba todo el error: en este proceso la percepción no es total.
Lo necesario es ver global e íntegramente, no ver con la mente individual, que es una mente dividida, sino ver desde dentro, ver desde la fuente; no ver desde la manifestación como fenómeno sino desde la fuente misma de toda visión. Entonces, y sólo entonces, habrá percepción total y visión y aprehensión correctas.
Maharaj concluyó diciendo que lo que había dicho tenía una importancia vital y que precisaba reflexión y meditación (manama), no un mero debate verbal.
Ramesh S. Balsekar
(El Buscador Es Lo Buscado)
SOLO VIVACIDAD
28 Aug 2013 10:32 AM (12 years ago)

Lo único que se puede decir al respecto es que resulta muy fácil volver a los conceptos sobre esto, sobre «yo», sobre «el ser», sobre que ahí no hay nadie, sólo hay unidad, y todas esas ideas, y perder así la verdadera esencia del mensaje.
Te has descrito diciendo a alguien, cuando vuelvas a casa: «Conocí a ese hombre que dice que ahí no hay nadie, que yo no estoy ahí y que nada tiene sentido.» Todo eso es la parte del mensaje que deja al aparente buscador sin nada a lo que aferrarse. No obstante, la comunicación más vital y relevante es el secreto abierto, la vivacidad vibrante de lo que está ocurriendo..., ver, oír, respirar y pensar, y también los sentimientos que surgen.
Tienden a surgir sentimientos en nosotros y después los pinchamos con un palo. {Risas} La mente dice: «Bueno, ¿por qué siento ira o tristeza?» Y entonces tenemos que resolver por qué, o tenemos que hacer algo con la ira o la tristeza, como horarlas o compartirlas con otras personas. ¡No podemos simplemente dejarles estar ahí! Y este mensaje está absolutamente relacionado con la vivacidad, la vivacidad simple y presente que es la única constante.
Éste es el canto de amor. La canción de libertad está en nuestros cuerpos, en nuestros sentidos, constantemente siendo y hablándonos a través del cuerpo. Y toda la cuestión de no estar allí, y de que no hay significado, es secundaria con respecto a esa vivacidad absolutamente apasionada.
Tony Parsons
(La Nada Que Lo Es Todo)

Me da la sensación de que el alcohol y las drogas permitirían una gran preparación para la Iluminación, porque cuando estás borracho o drogado renuncias al complejo cuerpo-mente. Lo dejas ir. Lo dejas ir una, y otra, y otra vez más. Finalmente, debe de ser más fácil hacerlo en estado meditativo.
No estoy del todo seguro de que esto sea así. Quiero decir que el alcohol y las drogas podrían hacer el trabajo, pero eso no tiene nada que ver con que el alcohólico o drogadicto se deje ir, ni siquiera que tenga la intención de hacerlo. ¡Ninguno de lo bares o fumaderos a los que fui estaban llenos de jnanis («practicantes del jnana yoga o yoga del conocimiento»)!
La noción de rendir el mecanismo cuerpo-mente es interesante, porque uno lo hace con la expectativa de que va a conseguir algo..., libertad. Generalmente, los buscadores pretenden escapar del sufrimiento, y ése ciertamente es un deseo potente. Incluso puedo ir más lejos y afirmar que los buscadores pretenden el fin del sufrimiento, tanto psicológico como emocional y, si lo padecen, también del físico.
O, al menos el fin de tener que dirigir tu vida.
Sí, porque si dirigir tu vida fuera satisfactorio y agradable en todo momento, no estarías buscando liberarte de eso, ser libre de eso.
Yo no quiero ser el que hace. Me gustaría verme liberado de tener que ser el agente; al menos una liberación temporal.
Sí. Bien, alguien proponía lo bueno que sería poder subir por la barra del péndulo cuando las cosas fueran fatal y volver a bajar por el péndulo cuando las cosas fueran bien, de modo que uno disfrutara de todo el impulso del balanceo en las cosas buenas. Después, cuando las cosas se pusieran un poco incómodas, un poco infelices y un poco dolorosas, podrías volver a ascender y olvidarte, y así no tener que experimentar nada por esa parte.
Por eso la gente se pone a beber cuando reciben una carta en la que su novio o novia les deja plantados.
¡Bingo! O se sientan a meditar, o hacen mil y una cosas para aminorar el dolor.
¿Estar en lo alto de la borra del péndulo haría que los buenos tiempos fueran aún mejores, o lo que ocurre es que, como no estás apegado a ellos, no los sentirías tanto, no los experimentarías, no tomarías tanta posesión de ellos?
Exactamente, por eso se sugiere ese principio, por eso se sugiere ese modelo, porque la impersonalidad de la experiencia en lo algo de la barra del péndulo conlleva su propia cualidad, que no es la agitación y la diversión de cuando te lo pasas verdaderamente bien.
Como ganar un millón de pavos, o algo así.
Si, pero cualquier cosa que esté asociada a una subida de adrenalina contiene su opuesto condicionado, que es pasar un mal rato.
Me parece un buen plan esa idea de subir por la barra del péndulo.
Por supuesto. En general, eso es lo que tratas de hacer a lo largo de tu vida con tus actividades cotidianas...: maximizar lo que te gusta, minimizar lo que no te gusta.
Wayne Liquorman
(Aceptación De Lo Que Es)

La verdad, la Realización, la Comprensión, el Sí mismo, son todos Uno, a-dvaita, no-dos. Pero la expresión que adopta la enseñanza (consistente en indicadores que apuntan hacia la Comprensión) puede variar mucho en función del «maestro» o «sabio» a través del cual aquella se manifiesta. Tal expresión estará determinada en un grado significativo por la programación y el condicionamiento del organismo cuerpo/mente en el cual la enseñanza se manifiesta. En concreto, el corazón de la enseñanza -su «fundamento» o núcleo irreductible- Hallará una expresión única en cada cual donde haya sucedido la apercepción. Y tal expresión única es, en gran medida, configurada por la vía, la manera, el contexto, las circunstancias bajo la cuales haya ocurrido el evento del Despertar en cada caso.
Quizá sea más sencillo ilustrar esto que explicarlo.
A Ramana Maharshi el Despertar le sucedió cuando era un muchacho. Teniendo la abrumadora sensación de que iba a morir, se tumbó en el suelo y dejó que le sucediera una experiencia de muerte, la cual le llevó a sentir vívidamente lo que ocurre cuando cesan las funciones corporales y mentales al morir. Tras este suceso, tuvo la percatación de que el «yo» que uno piensa que es muere con el cuerpo y la mente; y sin embargo, a pesar de que desapareció tanto este falso «yo» como todo lo demás, aún permaneciá un sentido de pura existencia: la conciencia «Yo Soy». Comprendió entonces que Eso es lo que verdaderamente es el «yo»; no el cuerpo o la mente o la personalidad o el sentido de ser un yo separado, todo lo cual muere, sino el «Yo-Yo» que es eterno. En el caso de Ramana Maharsin, esta fue la comprensión central; y su enseñanza reflejaba esta comprensión central, de modo que Ramana decía a sus oyentes: «simplemente sean», «busquen el Yo soy» o «permanezcan en el Yo»
Muy distinto es el relato que hace Nisargadatta Maharaj acerca de cómo sucedió la Realización. Cuanta que su gurú le dijo que él (Nisargadatta) no era quien pensaba que era, que él no era el cuerpo, sino que en verdad era nada menos que lo Absoluto. Nisargadatta cuenta que él creyó a su gurú, llevó estas palabras a su corazón y, tras meditar y concentrarse en ellas durante tres días, la Comprensión se completó. Así que este es el punto en el que se centraban todas las enseñanzas de Maharaj, y por tanto se dirigía a sus alumnos hablándoles, siempre y sin excepción, en primera persona como lo Absoluto, «Yo soy Eso», y no como un individuo separado; e insistía en que no se hiciera ninguna pregunta que estuviera basada en la identificación con el cuerpo.
De alguien que haya estudiado con un maestro o un gurú antes de sucederle el despertar, lo más probable es que surja la enseñanza de que la vía para por tener un maestro o un gurú, A quien le haya sucedido el despertar de manera espontánea, sin maestro alguno, puede que le surja la idea de que no es necesario ningún gurú. Aquel cuyo despertar se encuentre inextricablemente vinculado con una poderosa experiencia mística que haya sucedido inmediatamente después de un intenso período de meditación, puede muy bien centrar su enseñanza en el misticismo y la meditación.

Se puede hallar más ejemplos leyendo a maestros de antaño, como Huang Po, Hui-Neng y otros, o a instructores modernos tales como Tony Parsons o Adyashanti. Puede que parezca que estas expresiones de la enseñanza nuclear, aquello que se reitera constantemente por tratarse de su fundamento, varían mucho o, al menos, poseen énfasis muy diversos. Y esa diferencia se debe en su mayor parte a los diversos antecedentes, culturas, tendencias, circunstancias y experiencias de cada uno de los instrumentos cuerpo/mente, y particularmente a la peculiaridad del propio evento del despertar en cada uno.
En el caso de lo que he venido en llamar, con algún afecto, «la cosa david», el núcleo irreductible de la Comprensión cobró expresión en el primer pensamiento que se formó cuando sucedió ese súbito cambio de percepción ya referido y se vio claramente que «¡no hay nadie en casa!». Hay Presencia, Ser, Conciencia. Hay este aparente cuerpo/mente en el cual, y como el cual, la Presencia fluye, funciona, experimenta. Y eso es todo; no hay un yo individual o entidad o persona separada, excepto como un mero constructo mental.
Por tanto, la expresión aquí gira necesariamente en torno a este fundamento y se regresa siempre a esto mismo, a saber: que es el sentido de ser un yo individual lo que constituye la ilusión, el «cautiverio», el «oscurecimiento» esencial. Cuando este sentido de yo individual se ve como ilusorio, se desvanece, y entonces sucede el despertar del sueño de ser una mismidad individual y separada y queda simplemente Lo Que Es.
Eso a lo que se despierta, eso que es Comprendido, es solo Uno. Pero la expresión en cada instrumento cuerpo/mente es diversa debido a las infinitas variables existentes en la programación y en el condicionamiento de cada instrumento, así como en el guión o la parte o el «destino» que cada cuerpo/mente juega en el infinito despliegue que acaece en la Conciencia. Así, cada personaje posee un diferente sabor y pone un énfasis diferente.
David Carse
(Perfecta Brillante Quietud)

No resistirse no significa necesariamente no hacer nada. Lo único que implica es que la «acción» no va a ser reactiva. Recuerda la profunda sabiduría que subyace en la práctica oriental de las artes marciales: no te resistas a la fuerza del oponente. Cede para vencer.
«No hacer nada» cuando estás en un estado de intensa presencia es un poderoso transformador que sana a las personas y las situaciones.
Es radicalmente diferente de la inactividad en el estado de conciencia ordinario -o más bien de inconsciencia- que surge del miedo, de la inercia o de la indecisión. El verdadero «no hacer nada» implica ausencia de resistencia interna e intensa alerta.
Por otra parte, si es necesario actuar, ya no reaccionarás desde tu mente condicionada, sino que responderás a la situación desde tu presencia consciente. En ese estado, tu mente está libre de conceptos, incluyendo el concepto de no-violencia. De modo que..., ¿quién puede predecir lo que harás?
El ego cree que la fuerza reside en resistirse, cuando en realidad la resistencia te separa del Ser, el único estado de verdadera poder. La resistencia es debilidad y miedo disfrazados de fuerza. Lo que el ego considera debilidad es tu Ser en toda su pureza, inocencia y poder. Lo que consideras fuerza es debilidad. Por tanto, el ego existe y se mantiene mediante la resistencia continua, y representa papeles falsos para encubrir tu «debilidad», que en realidad es tu poder.
Hasta que se produce la rendición, buena parte de la interacción humana se limita a cumplir papeles inconscientes. Cuando te rindes, ya no necesitas las máscaras del ego ni sus defensas. Te vuelves muy simple, muy real. «Eso es peligroso», dice el ego. «Te sentirás herido. Serás muy vulnerable.»
Lo que el ego no sabe, por supuesto, es que sólo abandonando la resistencia, haciéndote «vulnerable», puedes descubrir tu verdadera y esencial invulnerabilidad.
Eckhart Tolle
(Practicando El Poder Del Ahora)